2.7.17

PRIMERA RÉPLICA ALIADA: SOISSONS (VILLERS-COTTERETS)

En la noche del 17 al 18 fui al cuartel general del grupo de ejércitos del príncipe Ruperto para revisar una vez más el estado de sus preparativos. El ataque se consideraba como una continuación del que  había sido interrumpido a fines de abril. Lo iban a realizar el IV y el VI ejército al norte del Lys, y sus objetivos eran la toma de las alturas dominantes situadas entre Poperinghe y Bailleul, así como de las que rodean a Hazebrouck. En la mañana del día 18, durante la discusión con el estado mayor del grupo de ejércitos, recibí las primeras noticias de que por medio de un inesperado ataque de tanques, los franceses habían roto la línea al sudoeste de Soissons. Terminé la conferencia en el grupo de ejércitos del príncipe Ruperto (naturalmente en un estado de máxima tensión nerviosa) y volví en seguida a Avesnes.”
Ludendorff, Memorias.

Los planes contra el gran saliente alemán cuya punta se apoyaba en el Marne, asaltando el empalme ferroviario de Soissons, habían sido concebidos por Foch a principios de mayo, pero la operación Gneisenau los había bloqueado. Petain se mostró algo remiso al proyecto pero no se opuso directamente. Magin dispondría en su 10º ejército de diez divisiones adelantadas, entre las que se contaban la 1º y 2º divisiones norteamericanas. En el segundo escalón tenía seis divisiones de infantería y un cuerpo de caballería, y una reserva de dos divisiones británicas.  Degoutte participaría con el 6º ejército, compuesto por siete divisiones adelantadas, de las cuales dos eran norteamericanas, y una en segunda línea, con otras tres norteamericanas en la reserva.

Los movimientos empezaron al amanecer del día 18 de julio, a las 5.35 horas en la zona del 10º ejército sin bombardeo previo, pero respaldado por la colaboración de 343 tanques ( 223 en primera línea y 120 en la reserva) en su sector, de ellos 225 tanques ligeros Renault.

Esta cuña facilitó el avance sobre la carretera entre Soissons y Chateau Thierry, insuficientemente protegida. Delante de Magin estaba apostado el VII ejército alemán de Von Boehn con cinco divisiones y seis en la reserva. Frente a Degoutte estaba el IX ejército con seis divisiones y dos en la reserva. Pero en ambos casos su estado era precario. No habían recibido reemplazos con los que compensar las pérdidas encajadas en la pasada operación Blucher, el aprovisionamiento deficiente y las posiciones fortificadas débiles o directamente inexistentes. El objetivo previsto del 10º ejército era la línea Berzy-Chaudun-Vierzy. Intervenían también fuerzas de aviación y 6 batallones de infantería e ingenieros en camiones.

A las 8.30 en el sector de Magin se había avanzado 12 kilómetros de largo por 3 de profundidad; a las 12 horas eran ya una penetración de 6 kilómetros. Al atardecer columnas blindadas habían llegado 2 kilómetros más allá de Vierzy. En el sector del grupo Watter, perteneciente al IX ejército ,se produjo la caída de Missy a las 8.20 con la pérdida de la artillería de la 42º división. También se produjo el envolvimiento de Saviores y una irrupción francesa hacia  Vaux Castille, de nuevo con la pérdida de la artillería de la 14º división germana. En cambio la 115º división resistió el chaparrón inicial, seguramente por no ser presionada con tanques, aunque tuvo que retirarse al oscurecer para no quedar acorralada. Acudieron entonces las reservas alemanas para intentar recomponer la situación: el 109º regimiento en auxilio de la 42º división, el 40º regimiento en ayuda de la 14º división. A las 20.30 fue quebrantada otra vez la 14º división en Vierzy  al reactivarse las incursiones de blindados.

 Los logros de Degoutte eran algo más modestos, unos 5 kilómetros. pero igualmente había logrado desarticular a las unidades enemigas.  Había  inferido a los defensores del grupo Winkler  una brecha en el área de la 10º división bávara, que fue a continuación desarbolada por un ataque francés de 132 carros de combate y dos divisiones, la 2º y la 47º, secundadas más tarde por la 63º. El cese del fuego francés para adelantar la artillería tras esta ganancia de terreno, sin embargo, proporcionó a los acosados alemanes un respiro para buscar nuevas líneas defensivas.

Así, el impulso francés se frenó al anochecer, pero el éxito ya estaba conseguido debido a las fuertes pérdidas alemanas y a que las comunicaciones de todo el saliente  del Marne en su flanco derecho pendía de un hilo. El 10º ejército habían perdido 102 tanques el primer día de la batalla. Al día siguiente solo estaban disponibles para  intervenir 105 blindados;  el 20 de julio  solo pudieron actuar 32 unidades; aunque el 23 ascendieron los activos a 82. En el sector del 6º ejército fueron 58 los vehículos perdidos. La reformada doctrina francesa de ofensiva se apoyó en la necesaria protección de la artillería, prescindiendo de los bombardeos de preparación. lo que facilitó la sorpresa, como hemos visto. Durante el proceso de adelantar las baterías implicaba el cese de fuego al atardecer del día 18 dejaba algo desprotegida a la infantería y tanques atacantes, lo que explica el parón de la noche del 18 al 19 de julio, el momento más crítico.

MAPA. LA BATALLA DE SOISSONS (SALIENTE DEL MARNE)

 Por parte de la defensa  alemana se demostró que las formas tradicionales de barreras de fuego artilleras eran ineficaces frente a la nueva amenaza de los vehículos acorazados. Hubo lentitud en adoptar una distribución diferente en los emplazamientos artilleros para rechazar las incursiones blindadas, y sobre todo seguía sin introducirse armamento anticarro especializado, a pesar de las lecciones de Cambrai en el otoño anterior.  Hindenburg aún tenía la esperanza de contener a los atacantes y reanudar las operaciones sobre Reims más adelante. Ludendorff criticó a su jefe de operaciones, Wetzell, por haber sobrevalorado la capacidad combativa del VII ejército. Ante las noticias del agravamiento de la situación tuvo que despedirse de su último sueño ofensivo en Flandes, y ordenó el envío de más reservas al Marne.

Demasiado tarde. Las tácticas defensivas alemanas ante la superioridad en tanques, aviones y artillería aliadas, pensadas para las llanuras de Flandes, en cambio eran inadecuadas para los terrenos ondulados y los crecidos campos de cereales. El 20 de julio los Aliados llegaron al Marne, cruzándolo al día siguiente. Ludendorff estaba en un callejón sin salida. En la tarde del día 22 de julio el káiser, de visita en Avesnes recibió asombrado la cascada de malas noticias. En una charla sostenida ese mismo día con el coronel Mertz,  Ludendorff admitió que barajaba la retirada del saliente del Marne aunque no terminaba de decidirse. Incluso confesó que no había tenido esperanzas cuando ordenó el ataque sobre Reims la semana anterior. El 25 de julio la situación era tan crítica que el general Von Lossberg, jefe de estado mayor del IV ejército y experto en tácticas defensivas, que había sido enviado por el cuartel general en gira de supervisión aconsejó tajantemente a su regreso una retirada. Una medida aceptada de inmediato por Hindenburg y reluctantemente por Ludendorff, demasiado consciente del efecto adverso que tendría semejante noticia entre la población de la patria.

Feré en Tardenois cayó el día 27 de julio y finalmente el nudo ferroviario de Soissons el 1 de agosto. Los vapuleados ejércitos VII y IX completaron su repliegue en las siguientes jornadas. Los alemanes esperaban que los Aliados hubiesen gastado su fuerza de ataque  y que pudiera esperarse un periodo de tranquilidad. No sería así. Era la primera de la réplicas Aliadas del verano a las jugadas de Ludendorff en primavera.

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