3.8.08

DIRIMIENDO LA SUPREMACIA EN EL MAR: JUTLANDIA ( I PARTE)




Tras el relevo del almirante Von Pohl en el mando de la Flota de Alta Mar alemana por el almirante Reinhard  Scheer, aquella adoptó un talante más agresivo para retar a los británicos a un combate decisivo con los británicos en el mar del Norte. FOTO. EL ALMIRANTE  SCHEER


En principio, ateniéndose a precedentes anteriores, Scheer había elaborado planes para bombardear el puerto de Sunderland a fin de atraer a una fracción de la flota inglesa y destruirla. Al cabo el proyecto fue sustituido por una batida por el canal de Skagerrak, para dejarse ver en la costa sur noruega atacando a posibles navíos mercantes aliados que traficasen con Escandinavia, con el mismo objetivo de servir de anzuelo que en el caso anterior.




Una orden radiada el 30 de mayo de 1916, ordenando a los buques germanos prepararse para la salida fue interceptada y descifrada por los ingleses, en posesión del código naval alemán desde el incidente del Magdeburg en la costa rusa en agosto de 1914, de tal modo que la Gran Flota levó anclas de su base de Scapa a las 21.30 horas de ese mismo día, anticipándose a sus enemigos. Se incorporaron a ella los ocho acorazados de la 2ª escuadra de combate salidos de Cromarty, y los seis cruceros de batalla y los cuatro potentes acorazados de Evan-Thomas, procedentes de Rosyth bajo la dirección del vicealmirante Beatty. El conjunto de la Gran Flota estaba subordinada al almirante Jellicoe, con su insignia en el acorazado Iron Duke. La escuadra de Beatty, compuesta de buques rápidos, estaría encargada de formar la fuerza de exploración avanzada, separándose hasta 60 millas del grueso.



La homóloga agrupación de reconocimiento alemana la componían  cinco cruceros de batalla bajo el mando del vicealmirante Von Hipper, apoyada por tres docenas de destructores y cruceros ligeros. Había salido del estuario del río Jade a las 01.00 horas del 31 de mayo, seguida las 02.30 horas del resto de la Hochseeflotte, compuesta por 16 acorazados y su correspondiente acompañamiento de destructores y cruceros ligeros. Scheer desplegaba su insignia a bordo del  Friederich der Grosse. Además, seis lentos y vulnerables pre-dreadnoughts de 13.200 toneladas se le sumaron al poco tiempo, zarpando del estuario del Elba, representando más una carga que una ayuda para el contingente. 

LISTA DE LOS BUQUES ALEMANES PRESENTES EN JUTLANDIA

Así, en la madrugada del 31 de mayo de 1916 los alemanes navegaban en paralelo a la costa danesa de la península de Jutlandia, desconociendo que toda la inmensa flota inglesa ( 37 acorazados y cruceros de batalla, ocho cruceros acorazados, 20 cruceros ligeros y 78 destructores ) se dirigía desde hacia horas a su encuentro. Solo el crucero de batalla Australia permanecía en reparaciones después de un choque fortuito.


Scheer recibió las primeras noticias de los movimientos adversarios a las 05.30 horas y las 06.48 horas, a través de los informes de submarinos vigías, que avistaron acorazados enemigos en número reducido. No obstante el almirante interpretó estos informes parciales como un indicio favorable para su ferviente deseo de que se correspondieran con una presencia limitada y desperdigada de formaciones enemigas, lo que encajaría en sus planes de entablar combate con superioridad...


El orden de marcha de los alemanes hacia Skagerrak se dividía en dos agrupaciones separadas 50 millas, con los cruceros de batalla de Von Hipper en cabeza seguidos por la masa de los 22 acorazados ( incluidos los anticuados pre-dreadnought ) desplegados en línea de fila, para poder entablar combate sin necesidad de redesplegarse. Los británicos mantenían, como hemos dicho, un dispositivo parecido pero aun más separado, con los buques de Beatty formando en tres columnas y los cruceros ligeros exploradores adelantados a su vez, efectuando un amplio barrido en un arco de 100 millas de longitud. El grueso de Jellicoe les seguía dispuesto en seis columnas, lo que en caso de combate obligaría a un presuroso redespliegue.


Disminuyendo distancias conforme transcurrían el reloj, a las 14.15 del 31 de mayo uno de los cruceros ligeros, el Galatea  descubrió a dos destructores alemanes que registraban al vapor danés  N.J. Fjord. Ambos destructores formaban parte del grupo de Von Hipper y se enzarzaron a las 14.28 en un intercambio artillero con los ingleses. a partir de ese momento los mensajes del descubrimiento de la presencia del adversario recorrieron ambas escuadras rivales. El Galatea terminó arrumbando al noroeste, en pos de sus compañeros mientras era perseguido por la agrupación de Von Hipper al completo, que aproó su rumbo al oeste. Beatty dirigió el suyo al sur-sureste. Como consecuencia, a las 15.15 los cruceros de batalla de ambas nacionalidades se avistaron por convergencia de rumbos. A las 15.45 comenzó la batalla propiamente dicha, cuando los alemanes abrieron fuego con una distancia de separación de 15.700 metros, seguidos a los pocos segundos por las torres artilleras enemigas. Los directores de tiro alemanes, favorecidos por una visibilidad asimétrica centraron más pronto a los navíos antagonistas. A las 16.00 las formaciones se habían aproximado hasta los 12.800 metros. Los impactos mutuos comenzaron a sucederse. La situación se torno tan comprometida para Beatty que este ordenó caer hacia fuera para aumentar las distancias. Justo en ese instante se produjo la primera pérdida en su escuadra cuando una salva del  Von der Tann alcanzó de pleno al  Indefatigable, que cerraba la formación: comenzó a arrojar humo por sus superestructuras y perdió el rumbo. Otros dos impactos directos sellaron su destino, coronado por una serie de explosiones y llamaradas rojas. 1015 hombres se perdieron con la voladura del Indefatigable.



FOTO. EL CRUCERO LION, BUQUE INSIGNIA DE BEATTY.


A pesar del golpe sufrido los ingleses experimentaron cierto alivio gracias a la plena incorporación de los 4 acorazados de Evan-Thomas, que se habían separado un tanto de los cruceros de batalla antes del cañoneo y que ahora se agregaban presurosos a Beatty, y también al incremento de la distancia, hasta los 16.000 metros. De hecho entre las 16.08 y las 16.12 los cruceros de batalla  Von der Tann y Moltke, en la trasera de la formación de Von Hipper recibieron un duro castigo a cargo de los terroríficos proyectiles del calibre 381 mm de los acorazado de Evan-Thomas, y tuvieron que zigaguear constantemente para eludir la peligrosa lluvia explosiva. Pero en cabeza de las formaciones el duelo continuaba y a las 16.25 los ingleses cosecharon un nuevo desastre, esta vez en el Queen Mary , alcanzado por el Derfflinger. Según lo describía el director de tiro de este, Von Hase:




" Del castillo de este buque brotó una inmensa llamarada roja. Después se produjo una explosión a proa , seguida de otra mucho mayor en el centro del buque. Oscuros trozos del crucero de batalla volaron por los aires, e inmediatamente todo el buque reventó, con una terrorífica explosión. Se alzó una gigantesca columna de humo y los mástiles se rindieron hacia dentro. La formidable humareda lo ocultó todo, mientras seguía alzándose más y más, y calculo que llegaría a los 300 o 400 metros de altura ".




El Queen Mary arrastró consigo a 1.158 marinos; para consternación de Beatty, que sin embargo alentado por la plena incorporación de los acorazados de Evan-Thomas, no arrojó la toalla y mantuvo el rumbo sureste, a la par que sus rivales. FOTO. LA VOLADURA DEL QUEEN MARY




En medio del combate de las grandes moles se movían y contendían los pequeños destructores, en un paisaje de escasa visibilidad, entorpecida por el humo, pero con enfrentamientos a distancia mucho más corta, en ocasiones casi a bocajarro. Al principio los alemanes salieron peor parados y perdieron a los destructores V-29 y V-27, de 640 toneladas, pero la suerte era cambiante y durante un ataque torpedero los destructores ingleses Nestor y Nomad  ( de la clase "M", de unas 1.000 toneladas y 35 nudos ) fueron tocados y quedaron inmovilizados. En ese instante los dos grupos de cruceros de batalla se vieron en presencia de la flota de Alta Mar. Este vital descubrimiento le fue notificado a Jellicoe a las 16.45, al tiempo que Beatty invertía el rumbo hacía el norte tratando ahora de arrastrar al conjunto enemigo hacía el núcleo de Gran Flota. En el proceso, los alemanes remataron al Nestor y al Nomad, que se defendieron bravamente con sus torpedos antes de sucumbir.


Con todo, Beatty, escarmentado del triste resultado de la refriega anterior, aprovechó su mayor velocidad para mantenerse fuera del alcance de la artillería de Von Hipper, dejándolo en cambio bajo el tiro de la suya, al tiempo que obligaba a estirarse a toda la línea enemiga porque los acorazados germanos no superaban los 20 nudos. La apariencia, no obstante, era que los barcos británicos trataban de huir a toda velocidad y que la oportunidad soñada de destruir a una parte de la escuadra inglesa parecía materializarse para los teutones...aparentemente.




Una avería en el Seydlitz hizo caer la velocidad de la agrupación de Von Hipper a 25 nudos, encajando además diversos impactos de 381 mm durante esta "Carrera hacia el norte". A pesar de todo los alemanes aguantaron el letal chaparrón y también lograron colocar impactos no decisivos en los acorazados de Evan-Thomas que cerraban la formación de Beatty. A las 17.50 una tercera agrupación británica entró en liza, los cruceros de batalla del almirante Horace Hood, que anteriormente habían patrullado en dirección al Skagerrak, y que ahora acudían prestos a sumarse al enfrentamiento, logrando inmovilizar al crucero ligero Wiesbaden. También el destructor ingles Shark quedó averiado y parado tras las escaramuzas con sus homólogos alemanes. FOTO. EL MALHADO CRUCERO LIGERO WIESBADEN.




Esta sorpresiva intervención de Hood condujo a Scheer a sospechar que había más buques pesados adversarios en la zona. Entretanto Beatty se apunto un éxito de maniobra cruzándose en la trayectoria de Von Hipper ( formando la posición táctica "T" ) colocando así múltiples blancos en el Derfflinger e incendiando al Seydlitz, obligando a Von Hipper a gobernar primero al este y finalmente al sur, en demanda de la cobertura del grueso de la flota de Alta Mar, a las 18.00 horas. En ese mismo momento Jellicoe y Beatty establecieron contacto visual, aunque el primero no se decidió a ordenar el despliegue de su escuadra porque desconocía el rumbo exacto por el que Scheer se estaba acercando; el tiempo apremiaba porque el crepúsculo era inminente y restaban pocas horas de luz, requiriendo el despliegue de una fuerza tan vasta muchos minutos.

A las 18.21 las unidades de Beatty y Hood se fusionaron quedando el segundo en cabeza de la unificación. Por su parte Von Hipper, sintiéndose amparado al acercarse a la Hochseeflotte, optó por cambiar de rumbo orientándonse hacia los ingleses al norte-noreste. También Jellicoe se decidió a dar el paso de organizar sus buques sobre el ala de babor, precisamente la más alejada del enemigo, justificando esta preferencia en el temor a un posible ataque torpedero de los destructores enemigos, temor exagerado considerando que el mismo disponía una flotilla de destructores que habrían desbaratado tal eventualidad. En la decisión también influyó la errónea estimación que tenía de la posición exacta de la Hochseeflotte. Pero lo cierto es que la elección lo alejaba diez kilómetros del enemigo, dando a este cierto respiro. La Gran Flota tardó unos 25 minutos en culminar la maniobra, completada a las 18.38.

1.2.08

FULMINANTE CAIDA DE ERZURUM. TURQUIA, A LA DEFENSIVA EN ANATOLIA

Una vez conseguido el reluctante permiso del Gran Duque Nicolás para proseguir con sus agrupaciones y amenazar Erzurum, el bastión turco esencial en Armenia, el general Iudenich acondicionó los caminos y tendió un ferrocarril de vía estrecha desde Sarikamish para dar más consistencia a su proyectada marcha. Tambien se coordinó con el general Lyakhov, que acaudillaba a los rusos en la costa del mar Negro y a Chernozubov que hacía lo propio en la región de Azerbayán para que siguieran su estela ofensiva. En pocos días el IV cuerpo Caucásiano de Chernouzov aseguró el flanco izquierdo ruso entrando en Hinis y Malazgirt, tanto tiempo disputada el año anterior; Lyakhov había establecido contacto con el II cuerpo Caucásiano y se preparaba en el flanco derecho junto al mar.

En el frente principal, se tomó contacto con los fuertes exteriores que protegían Erzurum y se transportaron desde Kars piezas pesadas destinadas al inminente asedio de las ciudadelas turcas. En esos críticos momentos Enver Pasha trataba de desplazar 7 divisiones desde los Dardanelos al Cáucaso; pero estas topaban con la dificultad de que antes de llegar a destino debían atravesar cientos de kilómetros desde la terminal ferroviaria de Ankara y por tanto el despliegue de los refuerzos no sería posible antes de abril de 1916.

Erzurum quedaba así ciertamente expuesta, y confiada a sus propios recursos. En principio parecían suficientes: su perímetro fortificado consistía en un grupo de 11 fuertes artillados, con sus dos flancos asegurados por otras 4 fortificaciones. Por último, un tercer anillo contaba con 6 fortalezas más, completando las defensas principales. Las trincheras habían sido erigidas allí donde lo permitía el terreno rocoso. Varios puntos montañosos eran considerados impenetrables...supuestamente. Se consideraba que la guarnición idónea debería tener como mínimo la cifra 75.000 hombres, pero eran menos de 50.000 los disponibles, en malas condiciones tras el abandono precipitado de la línea Koprukoy. El total de piezas artilleras emplazadas ascendía a 400, aunque solo 150 podían ser clasificadas como modernas. Enver estimaba que al menos serían suficientes para sostener una defensa prolongada, confiando además en la sólida reputación de la infantería turca para esa lucha de asedios, y en la convicción de que los rusos no andaban sobrados de cañones de altos calibres.

MAPA. OPERACIONES DE 1915-1916 EN ARMENIA.

Es cierto que Iudenich no estaba listo para emprender un asedio en toda regla. El método para superar el obstáculo que representaba Erzurum parecía estar en alguna rápida maniobra de envolvimiento que provocara el pánico y un nuevo repliegue de los turcos. Al II cuerpo del Turquestán de Przevalski se le encomendó infiltrarse a través de la meseta del río Kara, tenida por inexpugnable, eso sí, precedidos por lo ya típicos ataques de distracción preliminares. El plan fue expuesto por Iudenich a sus oficiales el 8 de febrero. El 11, a las 14.00 horas los artilleros rusos abrieron fuego sobre dos de los fuertes turcos, capturando al anochecer el de Dalan-Goz. En las horas siguientes los progresos fueron desiguales pero varias columnas de fusileros, trepando dificultosamente crestas a 2.000 metros de altitud tomaron el fuerte Kara Gobek, para a continuación apuntarse el fuerte Tafet donde el X cuerpo otomano fue machacado.

Al acabar el día 14 de febrero los rusos descendían de las alturas y pululaban la meseta de Kara. A primeras horas del 15 de febrero el reconocimiento aéreo determinó que los turcos, incapaces de bloquear la brecha abierta en el anillo de fuertes, abandonaban sus posiciones. Yudenich ordenó a Przevalski que asaltase Erzurum por el norte; este no se demoró y al atardecer había traspasado el último circuito fortificado. En la mañana del 16 de febrero de 1916 los cosacos del Terek se posesionaron de la disputada villa. Fueron apresados 5.000 soldados turcos y otros 10.000 fueron baja por muerte o heridas, a lo que se añadía la incautación de 300 cañones. Teniendo en cuenta la amplitud de la victoria, las pérdidas rusas eran modestas: un millar de muertos y 8.000 heridos, buena parte por congelación.

Se explotó el éxito enviando a la caballería cosaca por la carretera a Erzican dando caza a los rezagados, hasta detenerse en el poblado de Mamahatum, a 80 kilómetros al oeste de Erzurum. Otra agrupación aprovechó para cruzar el valle del Choruk, al pie de los Alpes Pónticos y acampar en Bayburt, respaldando el avance anfibio que realizaba el general Lyakhov en el mar Negro. Desde el 5 de febrero, combinando acometidas terrestres y pequeños desembarcos detrás de las líneas turcas precedidos por bombardeos navales, las tropas rusas fueron ocupando la franja litoral hacia el oeste. La flota rusa era preponderante en aquellas aguas, primero gracias a sus 5 pre-dreadnought de 12.500 toneladas, y más todavía desde el verano de 1915, con la incorporación de los potentes acorazados Marija y Katerina II . De este modo el almirante Ebenhardt, que mandaba la flota estacionada en Sebastopol, pudo prestar una eficaz cobertura a las operaciones de Lyakhov. El 5 de marzo los rusos rebasaron Atina y se plantaron a 50 kilómetros de Trebisonda ( Trabzon ), el mayor puerto de la zona, sin apenas efusión de sangre ( menos de 300 bajas propias ).

MATADERO EN VERDUN ( II PARTE ) Especial memorias del Kronprinz




MAPA. CROQUIS DE LA SITUACION DE VERDUN EN MAYO DE 1916, SEGUN EL PERIODICO " EL DIARIO ESPAÑOL".


..........





Traducción de las memorias del Kronprinz a partir de la edición inglesa original de 1922. ( correspondientes a las páginas 173-177 )

..........

"Entre las muchas irrealidades diseminadas sobre mí por rencor o estupidez, esta el aserto de que yo soy responsable de las pérdidas en Verdun y el fracaso final allí. La persistencia con que esta leyenda brota una y otra vez hace necesaria una explicación de los hechos.

La orden para atacar Verdun, naturalmente, no provino de mí. Se originó en una decisión del Alto Mando. Esta decisión y las razones del Alto Mando para la empresa encuentran expresión en un informe al Káiser del general Von Falkenhayn, como cabeza del Cuartel General en las navidades de 1915. Este informe contiene el siguiente pasaje:

..........


" Detrás del sector francés del frente occidental, hay, dentro del alcance objetivos por cuya conservación los franceses están compelidos a arriesgar hasta su último hombre. Si lo hacen así, las fuerzas francesas, desde que no tendrán opción, se agotarán, tanto si obtenemos nuestro objetivo como si no. Si los franceses no lo arriesgan todo, y el objetivo cae en nuestras manos, el efecto moral sobre Francia será enorme.


Para esta operación local, Alemania no será forzada seriamente a exponerse en otros frentes. Ella puede confiadamente encarar los ataques de diversión que se esperan en otros puntos: no solo eso, podemos esperar disponer de tropas suficientes para responderles con contraataques "



Al poco, el Alto Mando cursó ordenes para el avance sobre Verdun. Indudablemente el Alto Mando estaba influenciado por nuestra inferioridad numérica y un deseo de anticiparse a un previsible ataque del enemigo con su máximo vigor en algún punto indeseable para nosotros. La organización británica había en este periodo alcanzado plena efectividad; la francesa había sido renovada. En la primavera de 1916, las tropas enemigas en el oeste sobrepasaban a las nuestras en más de un millón; de acuerdo a los propios cálculos del general Von Falkenhayn, los alemanes totalizábamos 2.350.000 contra 3.470.000 de la Entente y también éramos inferiores en la provisión de municiones. Al juzgar el plan, el mando de el V ejército sostuvo la opinión de que ambas márgenes del Mosa debían ser atacadas simultáneamente y con poderosas fuerzas. Este procedimiento fue vetado por el Alto Mando. El ataque sobre la margen oriental solamente fue impulsado bajo las instrucciones directas del Alto Mando, y probablemente se hubiera saldado con éxito sin la intervención de circunstancias imprevistas.

..........

Los preparativos para el ataque habían escapado al conocimiento de los franceses. La concentración de la artillería no fue interferida de ninguna manera; la infantería de asalto había sufrido pérdidas irrelevantes en los preparativos del avance. Todo había sido brillantemente preparado. Entonces, el mismo día originalmente seleccionado para el ataque, tormentas de lluvia y nieve se desencadenaron, frustrando toda posibilidad para que la artillería observase sus objetivos. De día en día hubo de posponerse el ataque, hasta que tuvo lugar 10 días más tarde de lo originalmente previsto. El mando del 5º ejército padeció un periodo de incertidumbre porque tal como transcurrían las cosas, cada hora perdida significaba una disminución de nuestras posibilidades de un triunfo rápido. De hecho, en ese periodo de espera, nuestro proyecto fue revelado por dos miserables bribones del Landwehr que desertaron a los franceses. Con todo, ya no les fue posible a nuestros adversarios implementar sus contramedidas con la rapidez suficiente.

..........

El ataque empezó el 21 de febrero de 1916, y el ingente éxito de los tres primeros días es bien conocido. La infantería del III y XVIII cuerpos y el VII cuerpo de reserva, efectuó maravillas de coraje. La toma de Douaumont lo coronó todo. De hecho, incluso habríamos arrollado entera la margen oriental de Verdun si las reservas prometidas hubieran arribado a tiempo. Porque fallaron en hacerlo es algo que escapa a mi comprensión. El capitán Von Brandis, que arrolló Douaumont, me confió que el cuarto día había apreciado una completa ausencia de franceses en todo el distrito de Douaumont-Sonville-Tavannes.


.........

Pero nuestras propias tropas habían consumido su vigor; el clima era horrible y las raciones no pudieron ser distribuidas como se requería. Que hubiera sido posible tomar la margen oriental de Verdun entera, manteniendo sin pausa la ofensiva, queda patente a partir del hecho de que los jefes locales franceses habían ya dado órdenes para la evacuación. Solamente más tarde fue anulada esta orden por Joffre. De las declaraciones y descripciones que recientemente he examinado en un informe de un oficial francés que luchó en Verdun, es evidente que el tercer día la defensa de la margen oriental estaba rota. Aun más, el gran peligro de la posición de los franceses el 24 de febrero ha sido descrito por el general Mangin en la "Revue de deux Mondes".

.........

La fatiga de nuestras tropas tras una tremenda proeza y la falta de reservas nos despojaron del premio de la victoria. Yo no acuso: meramente rememoro los acontecimientos.

Desde ese día en adelante, la sorpresa ya no pudo mantenerse; y los impetuosos avances por asalto fueron sustituidos por un gigantesco forcejeo por cada metro de suelo. Al cabo de unas pocas semanas percibí claramente que no sería factible quebrar la inexpugnable defensa, y que nuestras pérdidas terminarían desbordando la proporción de las ganancias.

Consecuentemente, pronto hice todo lo que estaba a mí alcance para poner un final a los embates. Repetidamente dí expresión a mi parecer y las deducciones que debían ser extraídas.

En este asunto sostuve algunas discrepancias con mi jefe de Estado Mayor, el general Schmidt von Knobelsdorff, y mis peticiones fueron al principio descartadas. Las órdenes llegaban: "Continuar el ataque".


..........


En consideración a los altos valores morales que implicaban la continuación del cometido, una opinión contraria tenía que encontrar enorme oposición; y que el Alto Mando estaba sujeto a mirar Verdun desde un punto de vista diferente al del mando del 5º ejército, debe ser incondicionalmente aceptado. A pesar de ello, incluso mirando desde ese superior punto de vista, yo creo que mis sugerencias habían sido correctas.


Cuando mas tarde aun, la situación se transformó en desagradable, en vista de la futilidad de los sacrificios, me sentí indispuesto a sancionar la continuación de la ofensiva, comunicándolo personalmente al káiser y haciendo representación escrita al Alto Mando; después de lo cual, el káiser adoptó mis propuestas y dio la deseada orden de finalizar la ofensiva. Tras la destitución el 29 de agosto del general Von Falkenhayn como jefe del Alto Mando y del departamento de operaciones, las órdenes para cesar las acciones fueron ratificadas por el mariscal Von Hindenburg el 2 de septiembre de 1916, junto con instrucciones para convertir las que habían sido provisionales en posiciones permanentes."