2.7.11

LA BAZA DE LAS NACIONALIDADES SIN ESTADO: LA SUBLEVACIÓN IRLANDESA EN LA PASCUA DE 1916

En las décadas previas a la guerra mundial, las tormentosas relaciones de los irlandeses con Gran Bretaña giraron en torno al acalorado debate sobre el proyecto de autonomía para Irlanda, el denominado “Home Rule”. Los liberales del Parlamento de Londres manejaron dos iniciativas en ese sentido en 1886 y 1893 a propuesta de Gladstone, en ambos casos fallidas. El primer ministro liberal Asquith relanzó en 1912 la idea, con el respaldo del por entonces principal partido irlandés, el Partido Parlamentario Irlandés de John Redmond. La tercera “Home Rule” fue de hecho apadrinada por Lloyd George y aprobada en la Cámara de los Comunes después de apasionadas discusiones, pero la oposición judicial y callejera de los conservadores y de los protestantes irlandeses unionistas( en su mayoría descendientes de colonos angloescoceses asentados en los siglos XVI y XVII ) paralizaron la aplicación del texto, y el estallido de la guerra en el verano de 1914 dejó en suspenso  la puesta en práctica la “Home Rule”.

En particular, los protestantes de los condados del Ulster agrupados alrededor del Partido Unionista efectuaron convincentes demostraciones de masas, tales como el pacto del “Ulster Covenant”el 28 de septiembre de 1912, por el que 500.000 protestantes de desvincularon solemnemente de cualquier obediencia a un futuro gobierno autónomo con sede en Dublín. Esta postura traería importantes repercusiones en años posteriores, puesto que los liberales británicos, para disminuir las quejas, aceptarían que los 6 condados del Ulster quedaran desgajados administrativamente de la Irlanda del plan autonomista.

Además en los años de 1912-14, acompañando la reactivación de la vieja rivalidad entre unionistas y nacionalistas irlandeses ( fueran autonomistas o independentistas ) el fenómeno de las milicias más o menos encubiertas cobró nuevo auge. Por el lado unionista surgió en enero de  1913 la UVF ( Ulster Volunteers Force ), con 100.000 inscritos; y como contrapartida entre los nacionalistas católicos aparecieron los Irish Volunteers, que reunieron entre 1913 y 1916 más de 160.000 miembros, y el minoritario Citizen Army de Jack White y James Connolly, un jefe sindicalista.

El comienzo de la Gran Guerra escindió el ambiente nacionalista irlandés: una mayoría apostó por la colaboración con los británicos y el apoyo al esfuerzo bélico en los frentes. Entre ellos se contaban los autonomistas del Partido Parlamentario y el grueso de los Irish Volunteers, orientados en la sombra por la sociedad secreta de los Irish Republican Brotherhood; todos esperando obtener posiciones en la administración local como retribución a su implicación en la conflagración. De hecho, Redmond lanzó una apasionada arenga en Woodenbridge el 20 de septiembre de 1914  solicitando que los Irish Volunteers se enrolasen en el ejército británico. Este grupo sería conocido como los "National Volunteers" y muchos quedaron englobados en las divisiones británicas 10º y 16º. En cambio una minoria de los Irish Volunteers liderada por Eoin MacNeill aspiraba a la independencia plena y rechazaba secundar la política exterior de Londres, aunque en principio se mostraba reluctante a emprender un desafío armado sin garantías de éxito. Este grupo, de unos 12.000 miembros al principio, conservó el nombre de la organización  y estableció un consejo militar propio en 1915.  Más allá, el grupo de Connelly y un diminuto partido creado el 5 de mayo de 1905 por Arthur Griffith , el Sinn Fein, se mostraban bastante más dispuestos a fomentar una rebelión, eso si, cuando llegaran las circunstancias propicias.

A principios de 1916 la posición más ferviente de busqueda de la independencia inmediata la personificaban Patrick Pearse, profesor y poeta, relacionado con la asociación cultural de la Liga Gaélica, y el ya mencionado James Connelly. Ambos llegaron a la conclusión de la conveniencia de preparar un levantamiento armado, al que consideraban el unico modo de sacudir la actitud contemporizadora de la mayoría de los nacionalistas irlandeses. Para efectuar sus propósitos, ocultaron sus autenticas intenciones a los dirigentes de los Voluntarios Irlandeses ( en parte por seguridad, para evitar filtraciones a la inteligencia británica ). Los conspiradores escogieron inicialmente el Domingo de Gloria ( 23 de abril de 1916 ) como la oportunidad ideal, aprovechando la convocatoria de unas maniobras rutinarias de los Voluntarios Irlandeses.

El 22 de abril Sir Roger Casement, un exiliado y antiguo miembro del cuerpo diplomático británico que desde 1914 había permanecido en Alemania recabando apoyos para la causa irlandesa desembarco en el condado de Kerry despues de un viaje en submarino. Debía establecer contacto con los independentistas y coordinar un desembarco clandestino de armas alemanas transportadas por el carguero "Aud". Pero todo el plan era conocido por la inteligencia británica que interceptó el buque obligando a su autohundimiento, y arrestó a Casement.

El jefe de Estado Mayor de los Voluntarios, McNeill, desazonado por la noticia, intentó desactivar los preparativos suspendiendo los ejercicios previstos para el Domingo de Gloria pero Pearse se las compuso para mantenerlos, al menos en Dublin, y citó para lunes a parte de sus seguidores, ajenos a las intenciones últimas de su jefe.


FOTO. PATRICK PEARSE, PRINCIPAL JEFE DEL LEVANTAMIENTO IRLANDES DE 1916.
En la mañana del 24 de abril, Lunes de Pascua, una variopinta columna de 200 hombres dirigida por Pearse desfiló enarbolando la bandera republicana verde-blanca-naranja a lo largo de la calle O´Connell a la vista de los estupefactos paisanos hasta alcanzar el edificio de Correos de Dublin en la calle Sackville. Poco despues de las 12 de la mañana en el pórtico del edificio Pearse leyó una proclama demandando la "libertad y soberanía nacionales", y evocando las sucesivas y anteriores sublevaciones irlandesas de siglos pretéritos como elemento legitimador de su acción. La reacción del público fue dispar: desde encendidos aplausos, el sobrecogimiento y hasta algunas descalificaciones. Entretanto, los hombres de Pearse se hicieron fuertes en la robusta edificación, al tiempo que en otras partes de la ciudad hasta un millar de rebeldes se apoderaban de diversos puntos claves, como los tribunales o el ayuntamiento enmedio de la impotencia de la policia. El armamento de los rebeldes era muy precario: algunas pistolas y fusiles mausers alemanes, un puñado de Lee-Enfields británicos , revolveres Webley en tan escasa cantidad que solo los portaban los oficiales.; como único complemento simbólicas escopetas de caza o piquetas. Ni un solo cañon.


LA PROCLAMA DE LOS VOLUNTARIOS  IRLANDESES EN LA REBELIÓN DE 1916

A la una de la tarde se produjo el primer combate cuando Pearse repelió a una columna de Lanceros Reales que intentaba expulsarle de la sede de Correos. Al anochecer, los insurrectos dominaban el centro de Dublín, pero al faltar acciones semejantes en el resto del país su aislamiento los condenaba a una rápida derrota. El martes 25 los ingleses reaccionaron energicamente y 15.000 soldados al mando del general W. Lowe convergieron sobre la ciudad, apoyados por fuego naval desde la cañonera "Helga" apostada en el curso del río Liffey. Al atardecer los soldados emplazaron su propia artilleria en las calles, con la cual batieron las posiciones rebeldes en las barriadas periféricas. En particular, en el sector de Mount Street Bridge una veintena de irlandeses del 3º batallón de Dublin de los I.V. dirigidos por el comandante Eamon de Valera se hicieron fuertes en edificios como la Clanwilliam House o el Nº 25 de Northumberland  Road. Allí  se trabó el miércoles 26 una lucha muy reñida, donde los ingleses sufrieron 234 bajas entre muertos y heridos. Los rebeldes apenas pudieron mantener la comunicación entre ellos apelando a las piernas de sus mensajeros. Esa tónica se mantuvo durante toda la semana, con los sublevados del Ejército Republicano Irlandes ( IRA ) como lo bautizo Connolly para recalcar su carácter unitario, cada vez más acorralados: el viernes 28 el edificio de correos quedó envuelto en llamas y sus últimos defensores lo evacuaron y capitularon el sábado 29 de abril a las 15.45 horas.


MAPA. PRINCIPALES POSICIONES DE LOS REBELDES IRLANDESES Y LAS TROPAS INGLESAS EN DUBLÍN
El saldo de la insurrección fue de 3.000 muertos y heridos. Tras el aplastamiento, se declaró la ley marcial y se desencadenó una ola de arrestos sobre los nacionalistas, con unas 2.000 detenciones. En los juicios de excepción de los días inmediatos se decidieron 90 penas de muerte, ejecutadas fulminantemente entre el 3 y el 12 de mayo. Entre ellos se contaban Pearse, Connolly ( fusilado en una silla a causa de sus heridas ), el resto de firmantes de la declaración de independencia y los oficiales que habían estado al mando de las columnas rebeldes. Solo uno de ellos, gracias a su condición de ciudadano norteamericano,  De Valera salvó su vida, puesto que los ingleses consideraron que su muerte podía provocar un incidente diplomático con los EE.UU, inmersos ademas en la cercana campaña para la reelección del presidente Wilson, que no deseaba enajenarse la voluntad de los electores norteamericanos de origen irlandés.

FOTO. DE VALERA, PRISIONERO DE LOS INGLESES TRAS EL APLASTAMIENTO DE LA REBELIÓN