26.8.18

REVENTANDO LA LINEA HINDENBURG: CAMBRAI II PARTE

FOTO. UNA COLUMNA DE AUSTRALIANOS DE LA 5º DIVISIÓN SE PREPARAN PARA UN ATAQUE CONTRA LA LÍNEA HINDENBURG EN HESBECOURT EL 29 DE SEPTIEMBRE


Los movimientos británicos alcanzarían su cenit precisamente eldía 29 de septiembre. En Flandes el 2º ejército británico avanzó entre Messines y Broodsciende, llegando al anochecer al río Lys y amenazando la importante ciudad de Lila desde el noroeste.

No obstante, el protagonismo de los sucesos más trascendentales vendría de la mano del 4º ejército de Rawlinson, hasta entonces poco activo, en el canal de San Quintín. Durante la madrugada sus tropas habían completado la concentración en las áreas de partida. Había cesado la lluvia de las jornadas anteriores, pero una fina niebla del primer otoño se fue extendiendo, sin impedir que los bombarderos del IX escuadrón de la RAF castigasen la aldea fortificada de Villers-Outreaux y el cruce ferroviario de Busigny.

De nuevo fueron los norteamericanos de la 27º división los primeros en moverse bien temprano, a las 4.50 horas, buscando desbaratar la línea avanzada Hindenburg. Estaban apoyados por 34 tanques. No tuvieron mucha fortuna, y hacia las 9.00 horas ya habían sido contenidos, al igual que la 3º división australiana en las cercanías de Ronssoy. El flanco izquierdo del 3º cuerpo con las divisiones 12º y 18º, poco más consiguió ante Vendhuille.

La 30º división norteamericana tuvo algo más de suerte y consiguió despejar un trecho de la línea principal Hindenburg. La 27º división tuvo que contentarse con cubrir el flanco del pequeño saliente creado por sus compatriotas. Hasta este punto, no parecían resultados muy alentadores.

En cambio, la actuación del IXº cuerpo sería apoteósica. La 46º división del comandante general Boyd encabezaba el ataque. En los días previos había proporcionado a sus hombres salvavidas y otros enseres naúticos y había ordenado entrenamientos de nado en fosos de castillos.

La 2º división de infantería de alemana permanecía un tanto expuesta al oeste del canal de San Quintín, conservando una cabeza de puente. Una actitud valiente pero muy expuesta para las 16 compañías que la sostenían, vulnerable a una plena cobertura de tiro de la artillería británica.

Una ligera niebla cubría la zona cuando a las 5.50 horas empezó la barrera de fuego artillero de preparación. Siguiéndola de cerca elementos de la 46º división actuaron entre Bellenglise y el puente de Riqueval arrollando las posiciones germanas al oeste del canal. Algunos ingleses cruzaron a nado y otros usando los pontones capturados. Tras una breve pausa para reagruparse en la orilla oriental la segunda oleada se dispuso a despejar la aldea de Bellenglise y su túnel ferroviario, eliminando los puestos de ametralladora a corta distancia aprovechando la niebla. A las 8.20 horas la cabeza de puente oriental estaba asegurada. Al sur del pueblo la 1º división británica no tuvo problemas para desalojar a la 79º de la Reserva  y llegó pronto a su objetivo en la carretera entre Belleglise a San Quintín. Ante la alarma, acudieron algunas reservas alemanas, como la 2º división de la Guardia, mientras que la 21º división de infantería adelantaba sus posiciones,

Inmediatamente al norte de Bellenglise los australianos de las 3º y 5º divisiones tomaron el relevo de los aturullados norteamericanos, aunque solo consiguieron pequeños éxitos como la toma de la granja Gillemont y la de Quennemont. No obstante, una brigada de la 5º división alcanzó la línea de reserva Hindenburg al oeste de Bellicourt, a pesar de perder bastantes vehículos blindados por el hostigamiento del 55º regimiento de artillería de campo alemana en torno a Nauroy.

Entretanto las 46º y la 32º divisiones británicas afianzaron el puente de Riqueval e instalaron diversos pontones. Siendo consciente del quebrantamiento de las defensas del canal de San Quintín, Boyd solicitó que acudiera la 5º brigada de caballería para facilitar la profundización, mientras agrupaba las brigadas de su división para asestar el siguiente golpe.

Aunque obstaculizados por la niebla para prestar un apoyo aéreo efectivo sobre las operaciones terrestres, el 27º escuadrón de la RAF lanzó sus bombarderos DH 9 para continuar el castigo sobre el cruce de Busigny, hostigados por los Fokker DVII del Jasta 5; el 84º escuadrón aniquiló los globos de observación alemanes en los alrededores de Villers Outreaux a pesar de la resistencia del Jasta 46.
Los movimientos del 1º ejército francés a partir de las 10.30 horas al sur de San Quintín tuvieron menos éxito pero mantuvieron ocupado al 26º cuerpo de la Reserva alemán, tomándole 500 prisioneros en Urvillers.

Al comprender la magnitud de la ruptura, Von Endres, jefe del I cuerpo de ejército bávaro, dispuso a elementos de la 11º división de infantería en Bohain a lo largo de la tarde. Los jefes del cuerpo australiano decidieron insistir con sus ataques frontales. La 11º brigada australiana fue capaz de apoderarse de algunas trincheras y búnkeres de la línea principal Hindenburg durante esa tarde en una fiera lucha. Las tropas adelantadas de la 5º división australiana detectaron el despliegue de la recién llegada 21º división, lo que frenó su ímpetu.
FOTO. NIKOLAUS RITTER VON ENDRES, JEFE DEL I CUERPO DE EJÉRCITO BÁVARO.

A pesar de la confusión sufrida por el cuerpo mixto australiano-norteamericano, el éxito del ataque del IXº cuerpo iniciado por la mañana continuó durante la tarde del 29 de septiembre. A partir de las 11.20 horas la barrera de fuego móvil al este de Belleglise se alargó nuevamente y el asalto se reanudó en dirección a Lehacourt. Una de las brigadas de la 46º división llegó a terreno abierto, barriendo a los restos de la 2º división de infantería alemana. A las 13.15 horas, apoyados por tanques que abrían paso entre el alambre de espino, varios batallones británicos  capturaron el tramo de la línea de apoyo Hindenburg en Magny-La-Fosse. En torno a aquel punto, hasta donde abarcaba la vista, las fuerzas británicas estaban avanzando.

Esta cuña recién incipiente separando a la 79º división de infantería de la 11º división era vista con gran aprensión por los jefes alemanes del área. La respuesta fue desplazar a elementos del 18º cuerpo de la Reserva que acababan de rechazar a los franceses para engrosar las defensas, al tiempo que se ordenaba a la 11º división de infantería unirse a la 79º división en Fontaine-La-Uterte.

A las 15.50, puesto que el asalto británico continuaba penetrando las defensas, Von Endres dispuso que la 221º división de infantería asegurase la conexión con el II ejército al norte de la carretera Bellenglise-Sequehart.

Entretanto también llegaban refuerzos ingleses. La 32º división británica atravesó Belleglise y se incorporó al combate a partir de las 18.00 horas. Su brigada del flanco derecho consiguió tomar al oscurecer la entrada septentrional del túnel de Le Tronquoy, al sureste de Lehacourt, dispersando a los defensores de la 79º división alemana, En el flanco izquierdo la brigada 97º chocó violentamente con varios batallones de la 11º división de infantería, que consiguió mantenerse firme. A medianoche la 32º división británica se detuvo y se dispuso a consolidar el terreno ganado. Aprovechando las sombras, la 6º división británica pudo ser relevada de su línea de frente por la 47º división francesa, proporcionando así efectivos extra a Braithwaite. Durante la noche Rawlinson y su estado mayor diseñaron las nuevas operaciones que en la jornada siguiente debía realizar el triunfante 9º cuerpo.

En el mando alemán la preocupación por la situación de las tropas que todavía permanecían al oeste de los canales crecía a medida que se analizaban los progresos del enemigo. El teniente general Von Morgen, jefe del 14º cuerpo de la Reserva, y Von Larish, jefe del Comando General 54, ordenaron por ello de madrugada un repliegue hacia los canales, aunque hubiera que abandonar secciones externas de la línea Hindenburg.

En definitiva, el audaz avance de la 46º división había permitido a las dos divisiones del IXº cuerpo cruzar el canal y capturar 7 kilómetros de la línea Hindenburg Hacia el 2 de octubre el II ejército alemán había perdido 17 kilómetros de la línea y miles de sus soldados fueron tomados prisioneros. Tras una breve pausa, los ejércitos británicos 4º y 1º rompieron decisívamente a través de los últimos obstáculos en la retaguardia de la línea Hindenburg ( Sigfrido II). Esto obligó al OHL  a ejecutar una retirada masiva a la línea Hermann (que apenas estaba esbozada), un movimiento efectuado entre el 9 y el 11 de octubre.



18.8.18

DESPLOME TURCO EN PALESTINA: LAJJUN (MEGIDDO). LA CAMPAÑA DEL VARDAR: BULGARIA ABANDONA A LAS POTENCIAS CENTRALES


Durante el verano de 1918 los guerrilleros árabes de Faisal y Lawrence habían proseguido con sus ya perfeccionadas y habituales incursiones de sabotaje, destruyendo más de 25 puentes en Palestina y Transjordania. Pero la acción principal de los británicos se pospuso hasta que refrescase el clima, a primeros del otoño.

Así, el 19 de septiembre daría comienzo la ofensiva conocida más tarde como batalla de Lajjun o Megiddo. Las posiciones turcas comprendían en el litoral al 8º ejército de Djevad Pacha, al 7º ejército de Mustafá Kemal en el interior de Palestina, y el área desértica de Transjordania y su ramal ferroviario al 4º ejército de Djemal Kucuk. Este aparente despliegue ocultaba que en realidad el desgaste del conflicto había pasado una elevada factura al potencial turco y sus efectivos reales eran muy limitados, en total no superaban en total los 40.000 hombres  y eso sumando los 6.000 soldados que guardaban las vías férreas, el 2º ejército desplegado en Siria con solo 5.000 miembros, y por último, un puñado de reservas como el 146º regimiento alemán.
En cambio las fuerzas Aliadas estaban llegando a la culminación numérica y perfeccionamiento de tácticas. Allenby tenía a su disposición  unos 70.000 hombres en buenas condiciones físicas y bien equipados: británicos y coloniales indios, australianos y neozelandeses, y unos 550 cañones.

A las 4.30 horas del 19 de septiembre la esperada ofensiva se abrió junto al litoral mediterráneo con el tiro de 400 cañones más la contribución de dos destructores desde el mar, a lo largo de un frente de 25 kilómetros. Esta inusual concentración de potencia artillera era inédita hasta la fecha en el frente palestino, y reportó a los británicos unos pingües resultados. La 54º y 60º divisiones inglesas, la 3º y 7º indias y un pequeño contingente francés atravesaron las debilitadas alambradas turcas mediante paneles de acero. El XXII cuerpo de ejército turco de Rafet Bey se desmoronó en pocas horas. Aprovechando el frente abierto las divisiones de caballería australianas 4º y 5º profundizaron velozmente en dirección a Nazaret deshaciendo a los fugitivos en retirada, intentando capturar el cuartel general de Von Sanders, que desconocía la gravedad de la situación y el peligro que personalmente corría, debido al corte de las comunicaciones por los ataques aéreos y artilleros. A las 6.30 del 20 de septiembre la caballería británica irrumpió en la localidad de la que apenas consiguió huir Von Sanders en pijama subido a un camión.
FOTO. PRISIONEROS TURCOS DE LAJJUN, SEPTIEMBRE DE 1918

A lo largo del día continuó la presurosa retirada de los restos del 8º ejército y del 7º ejército turco que se vio obligado a hacerlo igualmente rápido para no ser flanqueado por la derecha.

El vital paso de Lajjun cayó en un golpe de mano del 2º de lanceros a las 3.00 horas del 21 de septiembre.  Las fuerzas móviles de caballería y vehículos blindados continuaron la etapa hasta Birket, donde fueron rodeados 500 turcos, y a continuación hasta Afula, enclave ferroviario donde tras una refriega capturaron a 75 alemanes y 200 turcos, aparte de camiones y aviones. En esta tesitura muchos turcos que huían desde Jenin se vieron copados. Los restos del grupo de ejércitos Ylderim buscaron replegarse sobre Damasco, abandonando totalmente Palestina. Fueron castigados por ataques aéreos constantes; en particular el 7º ejército que perdió en el paso de Wadi Far docenas de camiones y piezas de artillería, evidenciando la desmoralización de sus hombres, que no eran capaces de responder a las pasadas a baja altura de los aviones británicos.


La 15º brigada de caballería británica entró en Haifa el 23 de septiembre. El Asien Korps de Von Oppern se colocó como retaguardia de refresco de los supervivientes que convergían en el sur del lago Tiberidades. El contingente turco-alemán del capitán Von Keyserling en Samakh trató desesperadamente de proteger esta vía de escape, pero fue arrollado por la 4º brigada de caballería australiana.

En Transjordania, el 4º ejército turco empezó a verse afectado por los desfavorables acontecimientos. Djemal Kucuk decidió esperar al II cuerpo que había evacuado la estación de Maan. Este retraso permitió a los árabes de Lawrence tenderles sangrientas emboscadas que culminaron el 27 de septiembre con la masacre en un oscuro episodio de 250 alemanes y turcos que se habían rendido, amplificado al día siguiente cuando los árabes rebeldes entraron en Deraa y asesinaron a los soldados turcos heridos que languidecían en los andenes. Solo la llegada de la 10º brigada de caballería detuvo la matanza.

Después de llegar a Damasco y enterado de la verdadera magnitud del desastre, Von Sanders consideró que defender el sur de Siria era inviable. Solo disponía del Asien Korps de Von Oppeln, y restos destrozados del 4º y 7º ejércitos turcos. Entretanto continuaban las operaciones de limpieza por parte de los hombres de Allenby, que apresaron a 10.000 turcos y confiscaron depósitos de material en los últimos días del mes. Los supervivientes abandonaban el sur de Siria, unos en ruta a Homs y otros por el desfiladero de Barada, donde el 30 de septiembre sufrieron otro descalabro a manos de la división australiana montada.

El 1 de octubre la 5º división de caballería, la 3º brigada de caballería australiana
y los árabes de Lawrence entraron en Damasco dirigidos por el jerife Nasir, en representación de Husayn de La Meca y del emir Faisal. 

Nasir fue el encargado de escenificar la victoria en la antigua capital del califato, acompañado por jefes tribales como Auda Abu Tayi y Nuri Shalaan, con un séquito de 1.500 paramilitares árabes. La entrada fue ordenada, puesto que los últimos soldados otomanos  habían abandonado la ciudad el día anterior en ferrocarril. Apretadas multitudes expectantes contemplaban con sentimientos encontrados al nuevo poder.
Faisal llegaría el 3 de octubre, en un nuevo desfile, montando en un tradicional caballo alazán, a pesar de que se ofreció un llamativo coche Mercedes abandonado por los alemanes.

 Sin embargo el entusiasmo de Faisal recibiría pronto un jarro de agua fría. También Allenby había acudido a la ciudad. Ambos se reunieron horas más tarde en un hotel y aparecieron las primeras discrepancias políticas. El general británico le informó, con Lawrence actuando de privilegiado interprete, que los territorios ganados, aunque formalmente bajo la soberanía hachemita, se repartían en la práctica en protectorados británicos y franceses. En Palestina, según la declaración Balfour la administración local carecería de cualquier contenido político. Mientras continuara el estado de guerra, Allenby sería el encargado de ejercer el mando en todas las zonas árabes arrebatadas a Estambul. 

Más tarde, en el ayuntamiento Faisal fue aclamado otra vez, pero seguramente con un humor sombrío después de la entrevista que dibujaba un futuro complicado para las aspiraciones árabes.



El frente balcánico en Macedonia  había permanecido casi estático desde 1916, salvo ocasionales golpes de mano. En Bulgaria, los problemas surgidos con el suministro y el desgaste bélico habían provocado la sustitución del gabinete Radoslavov por el de Aleksandar Malinov, sustentado por el partido demócrata, el nacional y el liberal progresista, desde el 21 de junio. El líder agrario Stamboliski, partidario de la neutralidad, fue sacado de la cárcel y puesto en un suave arresto domiciliario, en un gesto conciliador


Para el año 1918 los Aliados habían previsto una serie de ofensivas limitadas, pero el avance alemán en el frente occidental durante la primavera había obligado a suspenderlas. En junio de 1918 el general Guillaumont fue reemplazado al frente del llamado "ejército de Salónica" por Franchet d´Esperey, un veterano de la batalla del Marne.  Los Aliados habían reunido unas 35 divisiones (ocho francesas, siete británicas, seis griegas, seis serbias y cuatro italianas, aunque de efectivos incompletos sobre todo a causa de las fiebres endémicas de la zona), con 650.000 hombres y las habían equipado y adiestrado convenientemente.El nuevo comandante solicitó nuevos recursos para una operación fulminante. Los franceses comenzaron a mover sigilosamente gran cantidad de artillería pesada hacia las montañas, mientras los británicos emprendían acciones de distracción más al este, en Tracia Occidental.


El visto bueno para iniciar el proceso llegó el 10 de septiembre, tras la victoria de Amiens y otros éxitos notables en el frente Occidental. Los búlgaros les oponían 17 divisiones, con el apoyo de dos divisiones turcas y algunos batallones de especialistas alemanes, coordinados por Von Mackensen.


La llamada campaña del Vardar empezó con el característico bombardeo previo en la madrugada del 14 al 15 de septiembre. A las 5.30 horas se pusieron en movimiento las fuerzas francesas, serbias e italianas. En un par de días lograron penetrar 10 kilómetros, y al tercer día la ruptura era total logrando profundizaciones de hasta 30 kilómetros respecto al frente original. Este conjunto de combates es conocido como la batalla de Dobro Pole. Carentes de reservas dignas de ese nombre y con todo del valle del Vardar expuesto, las tropas  búlgaras empezaron a flaquear, y lo que es peor, a mostrar falta de voluntad de seguir resistiendo y de regresar a sus hogares. Todavía el 2º ejército búlgaro fue capaz de repeler el 19 de septiembre un ataque mixto de ingleses y griegos en Doiran aunque cedieron el pueblo. Esto  permitió a los búlgaros intentar trasladar fuerzas al punto crítico en Macedonia para cortar el paso a los Aliados en el río Cherna. Sin embargo sus columnas fueron desbaratadas en el paso de Kosturino por las constantes y efectivas incursiones aéreas de la RAF.


El 22 de septiembre los serbios llegaron a Negotina, en el trascendental ferrocarril a Salónica, y el 25 de septiembre tropas coloniales francesas estaban tomando posiciones en las sierras alrededor de Skopje (Uskub) y el 26 tomaron Strutmisa, en el territorio búlgaro.


La situación en el interior de Bulgaria se precipitó ante las malas noticias, la incapacidad de Berlín y Viena para suministrar más ayuda, y las privaciones económicas. Se organizaron revueltas y consejos en varias ciudades. La mano de la legación norteamericana, que seguía funcionando puesto que EE.UU no había declarado la guerra a Bulgaria, tuvo algo que ver en estos sucesos. La noche del 26 de septiembre un oficial de estado mayor búlgaro acudió al campamento del general Milne solicitando una suspensión de hostilidades de dos días, y envió de una delegación de paz..


El día 29 de septiembre, mientras caía Skopje ante la caballería francesa, el gobierno de Malinov aceptaba las rigurosas condiciones impuestas para los Aliados para un armisticio: se comprometía a desmovilizar completamente su ejército salvo unos pocos destacamentos en la frontera con Turquía y en los ferrocarriles; permitía que tropas aliadas ocuparan puntos clave; entregaba su armamento, aceptaba que 100.000 de sus hombres permanecieran prisioneros por tiempo indeterminado. También había condiciones territoriales: Bulgaria evacuaba todas las zonas ocupadas que había reclamado como propias: lo que conservaba de Macedonia, y la Tracia griega. Dejaba su territorio a disposición de los Aliados para posteriores movimientos. 


El armisticio entró en vigor al día siguiente. Bulgaria era el primer miembro de las Potencias Centrales en claudicar. No sería el último.