26.7.17

AMIENS: EL DIA NEGRO DEL EJÉRCITO ALEMÁN

El 8 de agosto fue el día de luto del ejército alemán en la historia de esta guerra (…) El 8 de agosto abrió los ojos de los estados mayores de ambos bandos; los míos, desde luego, quedaron abiertos (…) El káiser me dijo más tarde que, después del fracaso de la ofensiva de julio y después del 8 de agosto, sabía que la guerra ya no podía ser ganada
Ludendorff, "Memorias"

El 24 de julio tuvo lugar una conferencia de mandos Aliados en Bombon. En ella Foch, Petain, Pershire y Persing manejaron un documento que marcaba las directrices hasta el final de año. Reducir los tres salientes del frente enemigo en Amiens, Chateau-Thierry y Saint Mihiel, con vistas a mejorar para la esperada campaña de 1919 las comunicaciones ferroviarias enemigas. Si salían bien, debería haber una ofensiva general. Al final del informe se admitía que, según como evolucionasen esas operaciones, se podía explotar un triunfo antes del invierno. No obstante los planes se dilataban en principio hasta el verano de 1919.

El 13 de julio Haig despachó con Rawlinson, el jefe del 4º ejército británico,  la necesidad de asestar un golpe contra el saliente alemán ante Amiens. Rawñinson ya había lanzado con anterioridad  una incursión  en  Hamel la madrugada del 4 de julio liderada por australianos respaldados por carros Mark V ( que llegaban a razón de 60 al mes) amparados por la niebla y la humareda de la artillería que se abstuvo de realizar bombardeo previo. Tomaron 1.500 prisioneros a un coste de 672 muertos y heridos propios.

Rawlinson propuso repetir la jugada a mayor escala y encabezándola con más carros de combate. Había asumido el modelo de batalla de tanques probado en Cambrai y Soissons. Se trataría de alejar las líneas alemanas del cruce ferroviario de Amiens para evitar el fuego de hostigamiento que hasta entonces limitaba su capacidad. Haig primero, y más tarde Foch recibieron entusiasmados la propuesta. Rawlinson disponía de unos 600 blindados, de los cuales, prescindiendo de los que estaban en mantenimiento, 96 eran de reserva, 22 de remolque de artillería pesada. Listos para emplearse había unos 420, la gran mayoría Mark 5 de más de 30 toneladas. El general tenía a sus órdenes 14 divisiones de infantería y 3 de caballería, compuestas por australianos, canadienses y británicos. La presencia de 800 aviones garantizaba la superioridad aérea e impedían al enemigo vigilar desde los cielos los preparativos. Aparte del 4º ejército de Rawlinson colaboraría en su flanco derecho el 1º francés (que aportaba otros 1.100 aviones) de Debeney. Este general francés había ascendido por méritos propios. Participó al frente de la 25º división en los combates iniciales en Verdún. Fue promovido a comandante de cuerpo de ejército en abril de 1916 dirigiendo el 32º cuerpo en el Somme. Estaba por tanto acostumbrado a coordinarse con los británicos. Se convirtió en jefe de ejército a finales de 1916,  recibiendo la dirección del 1º ejército  en diciembre de 1917. Tuvo un papel relevante a la hora de contener los embates enemigos durante la operación Michael.

El 5 de agosto, en la última conferencia antes del inicio de la ofensiva, Foch y Haig  ampliaron el objetivo inicial de avanzar hacia la línea Roye-Chaulnes, a 50 kilómetros de distancia; habría que empujar otros 25 kilómetros hacia Ham. Entretanto el 3º ejército francés de Humbert actuaría sobre Montdidier y Noyon. El cuerpo de caballería relevaría entonces a la infantería y seguiría hasta Chaulnes  y Roye.

Todo se subordinaba a la sorpresa de la aparición súbita de los blindados. Apoyándolos habría 120 regimientos de artillería británica con unos 2.000 cañones, pero sin recurrir al bombardeo preliminar. Los tanques debían avanzar sin obstáculo ni servidumbre respecto a otra arma, al mismo tiempo que la infantería y con una barrera móvil de artillería 200 metros por delante. Su aproximación sería disimulada con fuego esporádico y aprovechando la niebla matutina complementada con la artificial. La artillería británica de calibre mediano y pesado se ocuparía esencialmente a su equivalente enemiga. Para asegurar la cooperación completa, Foch puso las tropas francesas e inglesas bajo las órdenes de Haig y se retrasó el ataque francés 45 minutos para no estropear la sorpresa inicial, puesto que al no contar con tanques, los franceses necesitaban efectuar un bombardeo preparatorio.
FOTO. ARTILLEROS AUSTRALIANOS CERCA DE VILLERS-BRETONEUX

Al otro lado del frente estaba desplegado el II ejército alemán de Von Marwitz, compuesto por tres cuerpos de ejército. Entre sus colaboradores destacaban el teniente general Viktor Kühne y el teniente general Alfred von Larisch. Kühne dirigía el 11º cuerpo adscrito al II ejército y dispuesto en la parte central de su despliegue, con las divisiones13º, 41º, 43º de la Reserva y la 108º. Había empezado su ascenso como jefe de la 25º división combatiendo tanto en el frente oriental como en el frente occidental entre 1914 y 1916, bajo la dirección de Marwitz , con el que formó un círculo de confianza. Pasó a ser comandante de cuerpo de ejército desde noviembre de 1917 y participó en la aplicación de la operación Michael. Von Larisch  dirigía el 54º cuerpo de ejército, desplegado en el flanco norte del II ejército. Había servido en Verdún en 1916 y en Riga en 1917. En enero de 1918 se había hecho cargo de la dirección del 54º cuerpo, participando en la subsidiaria operación Goerz. En el flanco meridional estaba el 51º cuerpo de Von Hofacker. El sector parecía tranquilo, y la inspección del general Von Kuhl a primeros de agosto no había detectado ninguna anormalidad. Aunque los puestos de escucha advirtieron de sonido de tanques al oscurecer, los oficiales de inteligencia consideraron sin relevancia los informes.

Los transportes fingidos y las emisiones de radio falsas sirvieron de distracción. En la noche del 6 al 7 de agosto se reunió el cuerpo blindado a unos 3-4 kilómetros del frente. La aproximación definitiva se hizo en la noche del 7 al 8 de agosto, apostándose a un kilómetro tras la primera línea. Los dos batallones acorazados más modernos, el 3º y 6º disponían de los novedosos Whippet, aunque estaban asignados a la caballería que debía aprovechar la brecha creada por los Mark V y la infantería.

A las las 5.20 de la mañana hora alemana, (4.20 hora de Greenwich) del 8 de agosto en la luz incierta del amanecer neblinoso avanzaron los tanques por la tierra de nadie acompañados de cuatro divisiones canadienses, cuatro australianas y dos británicas, seguidas de tres de reserva y un cuerpo de caballería. En el flanco derecho poco después según lo acordado intervinieron las ocho divisiones francesas de Debeney.  Las ametralladoras, morteros y granadas de mano de los defensores solo tenían un efecto esporádico sobre los Mark V. Únicamente la artillería podía obtenerlo bajo ciertas condiciones. Los alemanes se enfrentaron a un dilema: cuando disparaban eran detectados y barridos implacablemente , si no disparaban, la infantería de acompañamiento enemiga llegaba hasta ellos sin resistencia. La barrera de fuego rodante progresaba a razón de 100 metros cada dos minutos, para ralentizarse después a 3 y por último a 4 minutos. Más allá de la barrera rodante, seguía el fuego a distancia sobre los caminos de acceso, pueblos, campamentos y reductos fortificados del mando. Las conexiones fueron rotas y la imagen de lo que sucedía en primera línea se desenfocaba . "¿Donde estaba exactamente el enemigo?", se preguntaban angustiados los artilleros  y el alto mando del II ejército alemán.


La ruptura se produjo en toda la línea operativa, pero especialmente en la parte central. Las seis divisiones de primera línea alemanas se desintegraron. A las 7.20 horas habían cumplido su primer objetivo del III cuerpo inglés: las divisiones 12º y 18º acompañadas por los pocos blindados de una sola compañía. En cambio la división 58º  fue más incisiva gracias a sus  dos compañías blindadas, deteniéndose a las 7.30 horas en el canal de Chipilly.  La progresión del cuerpo de ejército australiano fue más arrolladora.  Su primera oleada  estaba compuesta por las divisiones  australianas 2º y 3º con la ayuda de 48 tanques, desplegados en un frente de seis kilómetros. Consiguieron apoderarse de la carretera Hamel-Cerisy en dirección sureste, realizando una pausa a las 7.20 horas en las que el segundo escalón australiano, compuesto por la 4º y 5º divisiones y sus 96 tanques tomaron el relevo. En el proceso la 13º división alemana fue completamente puesta fuera de combate y sus jefes capturados. Ulteriores movimientos permitieron a los australianos llegar a las cercanías de Proyart. En el sector de la 2º división australiana, los tanques habían sido rudamente castigados por baterías alemanas que se sostenían en Bayonvillers, aunque fueron finalmente neutralizadas a las 10.00 horas. La 5º división australiana repelió más tarde con ayuda de los aviones un contraataque de las reservas alemanas a lo largo del pasillo ferroviario conocido como “Rommerschlucht”, a dos kilómetros y medio de Bayonvilliers. Harbonnieres cayó a las 12.00 horas, completando la tercera y última etapa asignada al cuerpo australiano. La progresión del cuerpo canadiense fue igualmente espléndida.

Hubo graves problemas con el cuerpo de caballería, estructurado en brigadas, que supuestamente debía explotar el éxito. No fue capaz de posicionarse adecuadamente a través del territorio recién ganado, y cuando intento enfrentarse al adversario, como hizo la 6º brigada al sur de Cayeur o la brigada canadiense en Beaucourt fracasó lamentablemente ante grupos dispersos de fusileros alemanes.

En dos horas, 16.000 soldados germanos se habían rendido, incluidas las planas mayores de varias divisiones,  y capturado 200 cañones. A las 12 de la mañana se había logrado profundizar 14 kilómetros. Detrás de los tanques y las patrullas de caballería, los coches blindados perseguían y acribillaban todo conato de resistencia;  desde las alturas los aviones se dedicaron a bombardear la retaguardia enemiga.

FOTO. UN TANQUE MARK V PASA JUNTO A PRISIONEROS ALEMANES QUE TRANSPORTAN UN HERIDO EN CAMILLA

Después de la primera pausa los británicos continuaron y la emprendieron contra las baterías alemanas en un frente de 30 kilómetros.  La tercera fase fue la irrupción en la línea principal de la infantería alemana ( bien determinada por la inteligencia británica). Desde las 9.20 no  hubo más parones. La brecha permaneció abierta hasta que llegaron las reservas alemanas a Frammerville y Proyart. Los británicos, a pesar de la evidente oportunidad prefirieron ceñirse a su plan primitivo y no trataron de mover su infantería y sus tanques restantes más allá durante el resto del día.


Los franceses de Debeney hicieron un progreso algo más modesto, unos 7 kilómetros, pero tomaron 5.000 prisioneros y 161 cañones. El desajuste  de la 153º división francesa en el punto de enlace provocó flanqueos artilleros sobre el ala derecha de los canadienses. Al quedar bloqueada la encrucijada de Chaulnes se rompieron las comunicaciones alemanas de todas las posiciones entre Montdidier y Lassigny.

El Alto Mando alemán respondió con urgencia y el segundo día intervinieron nueve divisiones de refuerzo. Los británicos, que solo tenían ahora 145 tanques operativos, perdieron impulso aunque avanzaron otros cinco kilómetros. El día 10 de agosto la arremetida fue languideciendo, entre otras cosas porque a Rawlinson solo le restaban 67 blindados operativos. Más al sur los franceses sacaron partido del avance de sus socios y el 3º ejército francés de Humbert, al sur del 1º ejército, atacó el día 9 de agosto. Las dificultades habían aumentado a partir ese día porque los Aliados atravesaban los campos lunares creados por la batalla del Somme. Para colmo allí enlazaban con el II ejército alemán las fieras defensas del XVIII ejército de Von Hutier, que lograron destruir o dañar 300 tanques. Los refuerzos alemanes acudieron a lo largo de la jornada y lograron bloquear la brecha. Rawlinson percibió que sus tropas estaban cansadas y consiguió el permiso de Haig para detenerse el día 11 de agosto, tras un fútil ataque de los australianos.  Foch hubiera querido que continuara hacia Ham y Peronne.

                                     FOTO. EN LA PRIMERA HILERA, DESDE LA IZQUIERDA: RAWLINSON, DEBENEY, FOCH, EL REY DE INGLATERRA Y HAIG.

Por otra parte Humbert consiguió entrar en Montdidier, evacuada por los alemanes ante la amenaza provocada por el descalabro sufrido en las posiciones adyacentes del norte. Este esfuerzo francés continuó hasta el día 16 de agosto en torno a Lassigny.


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