La prevista maniobra de Ludendorff sobre Riga, estaba según sus propias palabras " meramente concebida como un medio para una mejora genérica de nuestra posición que nos permitiera economizar tropas". Con todo, también acariciaba resultados propicios en otro aspecto: al abrir el acceso por el litoral hacia Petrogrado, sus habitantes experimentarían un sobresalto y su inseguridad aumentaría. La operación debía por tanto, agudizar las tensiones en el inestable régimen ruso. Estaba previsto después de concluir allí mantener la presión en la segunda mitad de septiembre, transfiriendo las divisiones liberadas de nuevo al sur “para comenzar operaciones desde Bukovina hasta el río Sereth entrando en Moldavia”.
El ataque,
levemente retrasado por los acontecimientos del III Ypres en Bélgica, fue lanzado el 1 de septiembre de 1917. El
general Oskar von Hutier y su VIII ejército estaban encargados de llevarlo a
cabo. Se enfrentaba al 12º ejército ruso de V. N. Klembovski.
Von Hutier
era un hombre de considerable capacidad creativa en temas militares, que
sostenía la necesidad de cambiar las tácticas ofensivas habituales puesto que
habían perdido su validez. Los bombardeos prolongados y las cargas masivas de
infantería eran poco eficaces y contraproducentes. En su lugar, e inspirándose en
lo demostrado por su oponente Brusilov
durante el verano de 1916, estimaba conveniente golpear sobre un objetivo
concreto en base al recurso a la sorpresa y la velocidad. Hasta cierto punto,
Nivelle había llegado a conclusiones parecidas meses antes, pero había
fracasado al intentar crear un método alternativo durante la acción del Camino
de las Damas. En cambio Von Hutier y su equipo elaboraron unas doctrinas que
fueron bautizadas posteriormente como “tácticas de infiltración”. Entre sus colaboradores destacaba el coronel
Georg Bruchmüller, reputado especialista artillero. Se había distinguido
en la última contraofensiva en Galitzia en julio.
Para el
iniciar el asalto a Riga, ambos jefes del VIII ejército convinieron en
desplazar la infantería y la artillería de noche, para evitar en lo posible su
detección evitando que el enemigo estuviese sobreaviso, que moviese reservas, o
preparase fuego de contrabatería. Bruchmüller comenzó con un bombardeo con granadas
de gas a las 4.00 horas del 1 de
septiembre, seguido con las primeras luces por el fuego de 170 baterías ligeras
apoyadas por otras 200 de tipo medio y
morteros pesados. Unas 4 horas más tarde, en torno a las 8.30, y bajo la cobertura de una barrera de
proyectiles de humo los primeros pontones fueron colocados sobre el río Dvina
al sureste de Riga, en una punto donde la anchura del cauce era de 450 metros, para permitir el cruce de las “Sturmtruppen”
que encabezaban la acción. Mientras
tanto 3 puentes, uno para cada división que debía seguirlas, fueron
levantados velozmente. A las 10.30 los alemanes habían creado una cabeza de
puente en la orilla opuesta de 2-3 kilómetros de profundidad por 6 kilómetros
de anchura, y los puentes estaban terminados.
Superados desde el primer instante,
los hombres de Klembovski evacuaron con precipitación la cabeza de puente al oeste
de Riga y al día siguiente toda la
ciudad, aunque el cuerpo de Tiradores Letones proporcionó a las fuerzas
rusas en retirada una eficaz cobertura .
“En conjunto, el cruce ( del río Dvina ) fue
ridículamente fácil” exclamó Hoffmann. Sus hombres controlaron completamente el puerto el 5 de septiembre. Fueron tomados prisioneros 9.000 rusos y 200 cañones cambiaron de dueño.
Buena parte
del mérito recayó en las "Sturmtruppen".
Venían actuando con anterioridad en
forma de tropas de choque a pequeña escala, las “Stosstruppen”, participando puntualmente en acciones cruciales como la batalla de Verdun.
Desde el 23 de octubre de 1916
Ludendorff había ordenado expresamente a cada uno de los ejércitos del Oeste la creación de un batallón de
tropas de choque en su seno. En noviembre de 1916 hasta 30 divisiones había
gestado algún tipo de destacamento de asalto. Pero fue ahora, en el frente
Oriental y bajo la dirección de Von Hutier cuando sus tácticas y armamento
alcanzaron su madurez y se empleó a las unidades de asalto en cantidad considerable. Su consagración total llegaría dos meses más tarde en Caporetto y
Cambrai.
En
Riga, numerosos grupos de "Sturmtruppen" de 14 a 18 hombres constituyeron la
vanguardia alemana encargada de la ruptura. Estaban equipados con ametralladoras portátiles tipo
MG-08/15 de 19,5 kg y las aún mas livianas
Lewis británicas capturadas, rifles y subfusiles automáticos MP-18 ( el
primero eficaz del mundo ), morteros
ligeros de 76 mm con un alcance de 1050 metros y las pistolas Luger P-08 con un impresionante cargador de 32 balas y
Máuser la-96. Estas armas eran fácilmente portables durante el avance y
proporcionaban una inédita potencia de fuego en el combate a corta
distancia en las trincheras.
Los grupos Sturmtruppen según la teoría de la infiltración se movían justo detrás de la barrera móvil de
la artillería, y se abrían paso alrededores de los puntos fortificados
enemigos. Unidades de mayor tamaño, respaldados por aviones en vuelo rasante,
les seguían para neutralizar los reductos enemigos cercados y despejar el
camino para los regimientos y divisiones encargadas de profundizar la irrupción
y asegurar el terreno mientras la aviación seguía reconociendo y hostigando al enemigo donde fuera
necesario.
Los
defensores rusos pronto estuvieron en franca huida, aunque pudieron recomponer
sus líneas 32 kilómetros al noreste de Riga porque no fueron perseguidos. “Habríamos mantenido nuestro avance en la dirección de ( San ) Petersburgo, pero
desafortunadamente tuvimos que parar, puesto que Ludendorff con la mejor
intención del mundo, no podía dejarnos conservar las divisiones necesarias. Las
necesita, y Austria también, así que debemos resignarnos” puntualizaba Hoffmann en su diario.
Como
Ludendorff había esperado, la exitosa operación produjo una línea defensiva más
corta, y causó ansiedad en la capital rusa por la cercanía de las nuevas
posiciones germanas. Pero ahora las
divisiones vencedoras en Riga tenían
nuevas y urgentes misiones que cumplir en Francia e Italia y fueron
transferidas, anulándose el plan primitivo de
enviarlas a Moldavia para rematar
a los restos del ejército rumano.
La reacción
del mando rusa ante este serio revés fue casi nula, porque Kornilov estaba
absorbido por un pulso particular con Kerensky.
Pocos días antes de la anunciada conferencia de Moscú del 26 de agosto varios
activistas de extrema derecha le habían transmitido mensajes de respaldo.
Durante la conferencia celebrada en el teatro Bolshoi, a la que habían acudido representantes de todo el mundillo de la política rusa ( salvo los bolcheviques ) desoyó las
instrucciones de Kerensky de referirse únicamente al panorama estratégico, y en
cambió enumeró públicamente las medidas de su programa: instauración de la ley marcial tanto
en el ejército como en los ferrocarriles y fábricas de armamento, y la
restauración de la pena de muerte, incluyendo los casos de propagación de rumores, agitación
pública y literatura sediciosa. También criticó vehementemente el descenso en
la producción y los sabotajes que a su juicio lo motivaban.
FOTO. EL GENERAL KORNILOV ( CENTRO ). DE METEÓRICA CARRERA, SE ENFRENTÓ A KERENSKY Y A LOS BOLCHEVIQUES.
FOTO. EL GENERAL KORNILOV ( CENTRO ). DE METEÓRICA CARRERA, SE ENFRENTÓ A KERENSKY Y A LOS BOLCHEVIQUES.
Al retornar al cuartel de la Stavka en
Mogilev, la reacción del general ante los acontecimientos en Riga fue denunciar la cobardía
y amotinamiento de las tropas, producto a su juicio de la actividad de los
agitadores. Estas palabras abrieron un enconado debate en la prensa de la
capital con cruces de recriminaciones mutuas entre los “kornilovitas” partidarios
de aplicar el programa del comandante en jefe para restablecer el orden, contra el criterio de los adeptos del presidente Kerensky, de los
bolcheviques y de otras formaciones izquierdistas que se consideraban a si mismas
la encarnación de la auténtica revolución
opuesta al despotismo de los oficiales.
Finalmente el día 8 de
septiembre el primer ministro ruso destituyó a Kornilov de la jefatura de la
Stavka, y este decidió ir a por todas. Aunque todavía hoy existen ciertas oscuridades sobre cuales eran sus intenciones reales, e incluso si fue víctima de una treta deliberada de Kerensky, parece que
Kornilov cavilaba la posibilidad un golpe de estado contra el
Gobierno Provisional y los partidos que los sostenían, para sustituirlos
por una dictadura militar transitoria presidida por él mismo que debería
restablecer la disciplina en el frente y la retaguardia civil. La fulminante destitución disipó sus
últimas dudas, a pesar de intentos de mediación de varias personalidades como Alexeiev y Miliukhov.
El día 10 Kornilov emitió un anuncio que entre otras cosas decía “ el
Gobierno Provisional, bajo la presión de la mayoría bolchevique en los soviets
(…) esta actuando en consonancia con los planes de Alto Estado Mayor alemán”.
Documento de apoyo: PROCLAMA DE KORNILOV EL 10 DE SEPTIEMBRE DE 1917
Inmediatamente empezó a mover unidades de caballería hacia la capital. Kerensky delegó en el soviet de Petrogrado la defensa, permitiéndole armar a los trabajadores afines a los partidos menchevique y eserista. También se levantó la prohibición sobre la Guardia Roja, ilegalizada desde las "jornadas de julio", y dominada por los bolcheviques. La mayoría de los apoyos que esperaba el ahora general rebelde se mostraron remisos, y denunciado como contrarrevolucionario por la mayor parte de los medios de comunicación su aislamiento fue creciendo hasta que finalmente se rindió pacíficamente en Mogilev el 14 de septiembre a Alexeiev. Este último había sido sacado de su retiro y nombrado nuevamente comandante de la Stavka. Kornilov fue encerrado junto con otros simpatizantes de su causa como Denikin y Kaledín ( atman de los cosacos del Don ) en el monasterio de Bykhov, pendientes del correspondiente juicio.
Documento de apoyo: PROCLAMA DE KORNILOV EL 10 DE SEPTIEMBRE DE 1917
Inmediatamente empezó a mover unidades de caballería hacia la capital. Kerensky delegó en el soviet de Petrogrado la defensa, permitiéndole armar a los trabajadores afines a los partidos menchevique y eserista. También se levantó la prohibición sobre la Guardia Roja, ilegalizada desde las "jornadas de julio", y dominada por los bolcheviques. La mayoría de los apoyos que esperaba el ahora general rebelde se mostraron remisos, y denunciado como contrarrevolucionario por la mayor parte de los medios de comunicación su aislamiento fue creciendo hasta que finalmente se rindió pacíficamente en Mogilev el 14 de septiembre a Alexeiev. Este último había sido sacado de su retiro y nombrado nuevamente comandante de la Stavka. Kornilov fue encerrado junto con otros simpatizantes de su causa como Denikin y Kaledín ( atman de los cosacos del Don ) en el monasterio de Bykhov, pendientes del correspondiente juicio.
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