Los ataques
Aliados se ralentizaron a finales de la primavera de 1917 pero no se detuvieron.
A primeros
de junio de 1917 Haig comprendió que la
agitación en el ejército francés imposibilitaba la prevista ofensiva de
Malmaison. Llegó a barajar el asumir una posición defensiva el resto del año, pero
la confusión en Rusia por la revolución de marzo y el temor a la fragilidad
francesa en caso de una nueva ofensiva germana en el frente occidental le
convencieron para retomar la iniciativa. Llevaba tiempo estudiando un avance en
profundidad en Flandes de acuerdo con el Almirantazgo para eliminar las bases
de submarinos en la costa belga. El primer paso era despejar la ruta hacia el litoral flamenco.
Para ello se
escogió al 2º ejército británico del general Hubert Plumer. Debía lanzar un masivo ataque de diversión sobre el
saliente alemán al sur de Ypres. Tras un prolongado bombardeo desencadenó uno de las grandes sorpresas
tácticas de la guerra.
FOTO. TROPAS DE LA 36º DIVISIÓN BRITÁNICA ENTRANDO EN LAS RUINAS DE WYTSCHAETE, AL NORTE DE MESSINES, EL 7 DE JUNIO DE 1917
FOTO. TROPAS DE LA 36º DIVISIÓN BRITÁNICA ENTRANDO EN LAS RUINAS DE WYTSCHAETE, AL NORTE DE MESSINES, EL 7 DE JUNIO DE 1917
Desde 1915
los zapadores australianos y británcios habían estado tunelando incansablemente bajo las crestas de Messines 21 galerías
repletas con más de 600 toneladas de altos explosivos. Estas galerias circulaban entre 15-30 metros por
debajo de las posiciones enemigas. Uno
de los túneles se extendía a lo largo de
610 metros y había costado un año entero excavarlo. Las colinas de
Messines se elevaban 75 metros sobre las posiciones británicas en la parte
meridional del saliente de Ypres. En las primeras horas del 7 de junio un
observador alemán narró con horror como diecinueve hongos ( se hicieron
estallar 19 de las 21 minas ) “ brotaban lenta y majestuosamente del suelo y
entonces se dividieron en pedazos con una potente bramido , enviando columnas
multicolores de llamas mezcladas con masas de tierra y pedazos al cielo”.
FOTO. SOLDADOS ALEMANES ANIQUILADOS EN UNA DE LAS TRINCHERAS DE MESSINES.
La
explosión, que se sintió en Inglaterra, causó a los alemanes 20.000 muertos y
heridos. El terreno estaba todavía estremeciéndose cuando las trincheras
enemigas fueron aplanadas por un abrumador barraje procedente de 2.250 cañones seguido
por el asalto de 80.000 británicos apoyados por cerca de 350 aviones. En unas
pocas horas las tropas tomaron 7.500
prisioneros y aseguraron las tácticamente vitales crestas de Messines alrededor
de las 15.00 horas. Pronto se apoderaron de todo el saliente forzando el 11 de junio al enemigo a refugiarse en su línea
principal. La lucha continuó durante varios días, pero las alturas habían sido
ganadas al coste de 25.000 bajas británicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario