13.7.13

MESSINES O EL APOGEO DE LA ZAPA



Los ataques Aliados se ralentizaron  a finales de la primavera de 1917 pero no se detuvieron.

A primeros de junio  de 1917 Haig comprendió que la agitación en el ejército francés imposibilitaba la prevista ofensiva de Malmaison. Llegó a barajar el asumir una posición defensiva el resto del año, pero la confusión en Rusia por la revolución de marzo y el temor a la fragilidad francesa en caso de una nueva ofensiva germana en el frente occidental le convencieron para retomar la iniciativa. Llevaba tiempo estudiando un avance en profundidad en Flandes de acuerdo con el Almirantazgo para eliminar las bases de submarinos en la costa belga. El primer paso era despejar la ruta hacia el litoral flamenco.

Para ello se escogió al 2º ejército británico del general Hubert Plumer. Debía  lanzar un masivo ataque de diversión sobre el saliente alemán al sur de Ypres. Tras un prolongado bombardeo  desencadenó uno de las grandes sorpresas tácticas de la guerra.
 FOTO. TROPAS DE LA 36º DIVISIÓN BRITÁNICA  ENTRANDO EN LAS RUINAS DE WYTSCHAETE, AL NORTE DE MESSINES, EL 7 DE JUNIO DE 1917

Desde 1915 los zapadores australianos y británcios habían estado tunelando incansablemente bajo las crestas de Messines 21 galerías repletas con más de 600 toneladas de altos explosivos. Estas galerias circulaban entre 15-30 metros por debajo  de las posiciones enemigas. Uno de los túneles se extendía a lo largo de  610 metros y había costado un año entero excavarlo. Las colinas de Messines se elevaban 75 metros sobre las posiciones británicas en la parte meridional del saliente de Ypres. En las primeras horas del 7 de junio un observador alemán narró con horror como diecinueve hongos ( se hicieron estallar 19 de las 21 minas ) “ brotaban lenta y majestuosamente del suelo y entonces se dividieron en pedazos con una potente bramido , enviando columnas multicolores de llamas mezcladas con masas de tierra y pedazos al cielo”.

 FOTO. SOLDADOS ALEMANES ANIQUILADOS EN UNA DE LAS TRINCHERAS DE MESSINES.
 
La explosión, que se sintió en Inglaterra, causó a los alemanes 20.000 muertos y heridos. El terreno estaba todavía estremeciéndose cuando las trincheras enemigas fueron aplanadas por un abrumador barraje procedente de 2.250 cañones seguido por el asalto de 80.000 británicos apoyados por cerca de 350 aviones. En unas pocas horas las tropas  tomaron 7.500 prisioneros y aseguraron las tácticamente vitales crestas de Messines alrededor de las 15.00 horas. Pronto se apoderaron de todo el saliente forzando el  11 de junio al enemigo a refugiarse en su línea principal. La lucha continuó durante varios días, pero las alturas habían sido ganadas al coste de 25.000 bajas británicas.
Complacido por el resultado, Haig  estaba listo para efectuar el ambicioso ataque  a Ypres ese mismo verano que debía asestar un golpe mortal a los alemanes.

FOTO. UNA PARTIDA DE  INGENIEROS NEOZELANDESES ACONDICIONA LAS RUTAS EN MESSINES UNA VEZ ACABADA LA LUCHA.

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