10.4.20

MÁS ALLÁ DE LA LÍNEA HERMANN

Entre las consecuencias de la ruptura de la Línea Hindenburg estaba la imposibilidad de completar las obras de la apenas esbozada Línea Hermann que discurría a decenas
de kilómetros detrás de ella, y que debía proteger Valenciennes y Le Cateau. 

Retirándose bajo el acoso y  observación de la RAF, los alemanes se instalaron en las precarias posiciones junto al río Selle, donde las vanguardias británicas entraron en contacto con ellos el día 13 de octubre de 1918.

Durante cuatro días hubo una pausa mientras se desplazaba la artillería a los nuevos emplazamientos adelantados y se reorganizaba la cadena logística. Luego, a las 5.20 horas del 17 de octubre, el 4º ejército de Rawlinson, reforzado por el II cuerpo norteamericano, golpeó entre Le Cateau y el bosque de Andigny. El avance fue limitado debido a la notable y algo inesperada resistencia de las tropas alemanas, pero al terminar la jornada el 4º ejercito había avanzado cinco kilómetros junto con su vecino, el 1º ejército francés de Debeney. 

Al día siguiente el ataque continuó y al acabar el día 19 de octubre los Aliados habían penetrado la Línea Hermann con una cuña de 11 kilómetros de ancho y nueve de profundidad. El 3º ejercito de Byng se sumó al movimiento con un asalto nocturno a las 2.00 horas. El río Selle fue atravesado sin sin muchos problemas, y al anochecer siguiente sus unidades estaban acampando en el altiplano al este del cauce. 


MAPA.LAS LINEAS DE FRENTE Y LAS LINEAS FORTIFICADAS EN 1917-18 EN EL FRENTE OCCIDENTAL: S SIGFRIDO, W WOTAN, H HAGEN, M MICHAEL

Tras la pertinente pausa para asegurar las comunicaciones, el día 23 de octubre el 3º y 4º ejércitos cooperaron para alcanzar el bosque de Mornal, en una penetración de 13 kilómetros hacia el este, tomando 7.300 prisioneros. Por esas fechas los rumores sobre las negociaciones con Wilson y el posible armisticio se habían filtrado en el interior del ejército alemán, y comenzaron a aparecer a gran escala los primeros síntomas de desánimo.

Groener, el sucesor de Ludendorff, se desplazó a Spa. Allí, los oficiales jóvenes mantenían todavía el espíritu combativo y propusieron algunos planes de acción. Las impresiones de Groener en sus rápidas inspecciones y entrevistas fueron menos favorables, señalando en particular lo incompletas de efectivos que estaban muchas unidades a nivel de batallón, o la escasez de oficiales de campo. Había una preferencia estratégica por continuar una retirada ordenada hacia la línea Amberes-Mosa,  evitando el peligro de una ruptura del frente. Pero la línea solo ofrecía ventajas de amparo geográfico y urbano, puesto que no había sido fortificada. Y suponía abandonar todo el oeste de Bélgica.

Pero lo más sombrío fueron las informaciones que llegaban desde la patria: la proclamación de una "república de los trabajadores en Munich", la toma de las calles por multitudes confusas compuestas por  tropas de los depósitos de retaguardia y de civiles instigados por el SPD, USPD y otros grupos izquierdistas, portando banderas rojas y entonando himnos revolucionarios.

Groener regresó apresuradamente a Berlín, y sus afirmaciones iban a sellar el destino de Alemania.

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