7.8.07

EL BLOQUEO A LOS IMPERIOS CENTRALES HASTA 1916

Antes del conflicto mundial, el 25% de los recursos alimenticios de Alemania eran importados, y la nación era una de las principales exportadoras ultramarinas de productos manufacturados. La relevancia de este volumen comercial inclinó al británico Maurice Hankey, secretario del IGC, a elaborar desde 1911 previsiones para una política de desgaste económico de los Imperios Centrales. El comercio enemigo debía desvanecerse apenas empezaran las hostilidades. Esto requería una serie de pasos legales y diplomáticos que complementasen la acción automática de la Royal Navy embotellando el mar del Norte en un " bloqueo a distancia " desde la base de Scapa Flow.

Las protestas de las naciones neutrales ante la interrupción del libre comercio de alimentos y otras mercancías no catalogadas de " contrabando de guerra " , que contravenía la Declaración de Londres de 1909 ( previsóramente no ratificada por los ingleses ), podían ser fácilmente obviadas excepto en un caso : EE.UU. Pronto surgieron voces en ese país quejándose de la violación del libre comercio. Los ingleses tuvieron que justificar su actitud ante el poderoso estado americano; el departamento de prensa del ministerio de Exteriores británico distribuyó a través de sus consulados y embajadas publicaciones y panfletos destinados a influenciar a los editores de periódicos y políticos norteamericanos. La afinidad cultural facilitó la tarea al igual que el temprano y jugoso incremento del comercio de EE.UU. con los Aliados, ávidos de aprovisionamientos.

GRÁFICO.  VALOR DE EXPORTACIONES AMERICANAS EN ALGUNOS MESES  DE 1914-15.



Se tuvo especial atención en evitar el comercio de Alemania y Austria-Hungría con intermediarios neutrales, deteniendo y enviando a puertos ingleses durante un mes a los barcos fletados por empresas privadas de los neutrales que intentasen recalar en muelles alemanes o austriacos, o evitando trasbordos en los neutrales fronterizos con Alemania, mediante una cuidadosa vigilancia por parte de los consulados Aliados. Naturalmente, la venta de productos autóctonos de los neutrales fronterizos no podía ser controlada, pero hasta en eso los Aliados lograron crear interferencias al pujar por los mismos en una " compra preventiva ". De hecho eran tantos los organismos civiles y militares implicados y la tarea del bloqueo alcanzó tal amplitud e importancia que en 1916 se creo en Gran Bretaña un ministerio del Bloqueo a partir del ministerio de Exteriores.

El total de importaciones alemanas de toda clase de mercancías decayó hasta un 60% , un duro golpe ( hay que considerar también el cese automático de las transacciones con los miembros Entente ); el antaño próspero comercio exportador alemán quedó en apenas un tercio de su volumen originario respecto al de 1914. Algunas restricciones al consumo entraron pronto en vigor: por ejemplo en enero de 1915 se introdujo el "Kartoffeln-Brot", el pan de harina de patatas. Otros sucedáneos insípidos pero que conservaban teóricamente su valor nutritivo se multiplicaron rápidamente como el café de corteza. A pesar de que la raíz objetiva de los problemas de suministro en los Imperios Centrales estaba en el bloqueo, las administraciones de estos fracasaron al no prevenir la bajada de la producción de productos primarios y las perturbaciones en su distribución a los mercados. Se intentó contener el inevitable incremento del valor de los artículos de primera necesidad fijando los precios, pero se cometió el error de hacerlo principalmente en el punto de producción, no en el de venta final. Eso tuvo una pésima repercusión en el reparto a las ciudades, ante el acaparamiento creciente en el campo, que respondía tendiendo a retirarse del mercado. Por ejemplo, el precio de la leche, considerada prioritaria para la alimentación de niños, mujeres embarazadas y enfermos, se triplicó en 1915.

En principio, el agro alemán, y aún más el austro-húngaro, hubieran podido mantener a su población urbana sin especiales dificultades, atendiendo al menos a la producción del sector primario en 1914. Sin embargo el alistamiento de la mano de obra, más de tres millones de trabajadores de granjas por cuenta propia o ajena, y la prioridad para la adquisición de cientos de miles de caballos para las fuerzas armadas debilitaron el aparato productivo agrícola ( mientras que los Aliados en igual situación recurrían a las importaciones ), al igual que la disminución a la mitad de las cantidades de fertilizantes químicos nitrogenados al interrumpirse la importación de salitre; el innovador proceso de Fritz Haber, que salvó la vital producción de explosivos al suministrar nitrógeno extraído del aire, no pudo en cambio producir las cantidades necesarias para los abonos, al menos no en estos años en que era una tecnología restringida.

Los propios medios de transporte se vieron afectados por la dedicación de muchas unidades de material ferroviario ( vagones, locomotoras ) y de las caballerías de reparto a las necesidades militares. Ante este panorama, al irse consumiendo las reservas, empezó a proliferar a partir de 1916 el mercado negro de mercancías a precios prohibitivos.

Inevitablemente, estos problemas  internos pesaban a la hora de establecer  directrices políticas y militares en las Potencias Centrales, como puede apreciarse en este informe del Kronprinz en el que se valoraba las dificultades creadas por el desgaste del potencial humano,  la elevación del coste de la vida y el desabastecimiento, y la conveniencia de buscar una paz cercana:

 Documento de apoyo: CONCLUSIÓN DEL INFORME DEL KRONPRINZ EL 18 DE DICIEMBRE DE 1915 

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