25.3.13

APOGEO DE LA GUERRA SUBMARINA EN LA PRIMAVERA Y VERANO DE 1917

Durante el mes de marzo, fueron enviados al fondo del mar 267 mercantes aliados y neutrales con 564.000 toneladas. Los choques entre los submarinos y los buques de escolta se incrementaron paralelamente. fueron destruidos el UC-43 de Erwin Sebelin con cargas de profundidad de un destructor, el U-85 de Wilhelm Petz amanos de un buque trampa, el UB-6 de Oskar Stekelberg varado en la costa holandesa, y el UC-68 de Hans Degetau por accidente con sus propias minas.

De todos modos, uno de cada cuatro navíos que salían o se dirigían a Gran Bretaña era destruido.

Una posibilidad cada vez más mencionada era el establecimiento del sistema de convoyes. En julio de 1916 se había introducido el sistema de convoyes hacía Hoek van Holland para asegurar  las importaciones de carne holandesa con resultados positivos  ( solo se habían perdido 3 buques ), y el 10 de febrero de 1917 a petición de los franceses, se formaron convoyes de barcos carboneros. Pero estos eran todavía casos excepcionales y existían dudas sobre la efectividad del sistema en conyoyes oceánicos en tránsito prolongado.  El 23 de febrero  el almirante Jellicoe y su estado mayor se habían mostrado escépticos con el sistema de convoyes despues de una conferencia con una decena de capitanes de la navegación mercante, los cuales pintaron múltiples dificultades para hacer navegar continuamente a los cargueros en filas a 500 metros de distancia día y noche. Pero la necesidad de dar protección inmediata al tráfico naval era imperiosa. 

Ante la gravedad de los acontecimientos el 4 de abril  tuvo lugar una reunión en Longhope con la participación de los almirantes Beatty y Frederick Brock, jefe del distrito naval de las Shetland y Orcadas, en la que aprobó, a pesar de las dudas, el sistema de convoyes de doce buques entre Lerwick ( islas Shetland ) y la costa oriental de Escocia y Noruega. El 24 el Almirantazgo dió su visto bueno y a partir del día 29 de abril se empezó a circular con ese dispositivo en la zona. . En otros escenarios proseguía implacable la caza: nada menos que 372 barcos fueron hundidos con 860.000 toneladas en el mes de abril, a cambio de la pérdida de solo dos sumergibles germanos.


En el mes de mayo las pérdidas alzanzaron 616.000 toneladas con 282 víctimas, un leve retroceso respecto a la marca de abril pero una cifra igualmente espectacular. En contrapartida fueron destruidos el U-81 de Raimund Weisbach a manos de un homólogo británico; el UC-26 de Von Schmettow destrozado al abordaje por un destructor; el UC-76 de Wilhelm Barten por accidente con minas propias en Heligoland, caso que se repitió con el U-59 de Von Firks, el UB-39 de Heinrich Küstner por una mina inglesa en el  Canal de la Mancha; el UC-36 de Gustav Buch en circunstancias no aclaradas también en el Canal de la Mancha; el UB-36 de Keyserlinck ante la embestida de un carguero en la costa de Bretaña; y el UC-24 de Curt Willich en el Adriático. La lucha se endurecía a medida que cada vez más mercantes eran artillados: en 1916 eran 1.420 los vapores ingleses artillados con piezas entre los 57-152 mm, y en 1917 ascendieron a 2.987. Los buques de escolta usaban  crecientemente  cargas de profundidad. Por otro lado, finalmente el Almirantazgo británico se decidió a autorizar la formación de convoyes oceánicos, el primero de los cuales zarpó  el 10 de mayo de Gibraltar compuesto por 17 unidades, reclanado en Gran Bretaña sin pérdidas. La experiencia de otro convoy salido desde Virginia el 24 de mayo fue igualmente satisfactoria, atravesando el Atlantico y  llegando a puetro el 10 de junio, con solo  la pérdida de un  buque que había quedado  rezagado del grueso.

Además se hicieron notar las primeras contribuciones de escolta de los EE.UU cuando el 4 de mayo llegó a Irlanda la 8ª escuadrilla de la US Navy con 6 destructores, se activó el 29 de mayo  la Transport Force compuesta por 24 cruceros y 45 transportes destinada a transportar la American Expedicionary Force ( AEF ) y el 9 de junio entró en acción la US Patrol Squadron encargada de dar protección en aguas francesas, al principio con los efectivos modestos de 6 yates armados cedidos a fondo pérdido por particulares pero que aumentaría rapidamente su potencia  a lo largo del verano con docenas de destructores y yates.



DOS DE LAS BAJAS ALEMANAS EN LA CAMPAÑA DE LA PRIMAVERA DE 1917: LOS TENIENTES DE NAVÍO W. PETZ  ( U-85 ), Y H. PUSTKUCHEN ( UC-66 )

La introducción del sistema de convoyes  llevaba su tiempo, y en junio los éxitos de los submarinos  se alzaron hasta las 696.000 toneladas, en parte por el incremento de los submarinos en las presentes simultaneamente  en  las zonas de patrulla, que ahora ascendía a 55 unidades. Por su parte los alemanes encajaron las pérdidas del UC-29 de Ernst Rosenow por un buque-trampa,  y el UC-66 de Herbert Pustkuchen  a manos de un bou utilizando cargas de profundidad. Pero en julio las cifras se redujeron a 555.000 toneladas en  224 barcos. La aparición de los convoyes obligó a un cambio en los métodos de adiestramiento. Otro desafio lo representaba la actividad creciente de los aeroplanos aliados impulsada por el capitán Jean de Laborde como representante de la Aviación Marítima Francesa. El 29 de julio, por ejemplo, el submarino UC-16 de Georg Reimarus fue averiado por dos aviones ingleses equipados con cargas de profundidad que lo detectaron en inmersión cuando navegaba a poca profundidad, teniendo que abortar su misión y regresar a Zeebrugge.

Ese mes la contrapartida fueron el U-99, Max Elstester frente a la costa noruega a manos de un submarino británico, el UC-1 de Cristhian Mildenstein  cobrado por una mina enemiga frente a Nieuport, el UC-61 de Georg Gerth varado en la costa francesa del estrecho de Dover, el UB-20 de Hermann Glimpf desaparecido despues de salir de Zeebrugge, el UB-21 de Heinz Von Stein zu Lausnitz abordado y atacado con cargas por un cañonero, y el U-69 de Wilhelms desparecido al suroeste de Irlanda.

El plazo dado por el almirante Holtzendorff para colapasar  Gran Bretaña se acercaba a su fin. A pesar de los evidentes transtornos que se estaba causando al aprovisionamiento aliado, este seguía funcionando. En el Reichstag, el lider socialista Erzberger proclamó que la campaña submarina había fallado y que había que buscar una solución pactada. Minado por  esta aparatosa  ruptura de la "Burgerfriede", el canciller Bethmann-Hollweg dimitió el 13 de julio, sustituido por el anciano Georg Michaelis, bien visto por el Alto Estado Mayor, pero con escasos asideros políticos en Berlin.

Con todo, las tripulaciones de los submarinos seguieron arriesgandose bravamente y obteniendo triunfos importantes, a pesar de lo cual el tonelaje cobrado disminuyó en agosto de 1917 hasta las 472.000 toneladas representandas por 186 blancos. Los sumergibles pagaron su acostumbrado  tributo de sangre: el UC-44 de Kurt Tebbenjohanns frente a Waterford, el U-44 de Paul Wagenfürh  abordado por el destructor "Oracle" cuando navegaba en precario cerca de Noruega tras un combate con un buque-trampa; el UC-72 de Ernst Voight, destruido precisamente por otro buque-trampa, el  "Acton"; el UC.41 de Hans Förste por cargas de profundidad de 3 bous en Escocia; y el U-50 de Berger seguramente fulminado  por una mina inglesa en las aguas de Heligoland.

A finales de agosto las últimas esperanzas germanas de poder resolver el conflicto meramente con la  actividad de los submarinos se derrumbaron. Únicamente en  abril se habían superado las 700.000 toneladas mensuales precisas para cumplir los objetivos. Se había minusvalorado la capacidad de respuesta de los Aliados, la cantidad de submarinos precisos para la misión y la entereza de los marinos mercantes de los países neutrales que pasados los primeros instantes de confusión y temor  siguieron haciendose a la mar y manteniendo el tránsito de suministros imprescindibles para los miembros de la Entente.




No hay comentarios: