La
profundidad de la ofensiva de Smuts, sin conseguir eliminar a su hábil
contrincante, si que provocó una separación en dos de los alemanes,
aislando al frente oeste de la colonia de Lettow y sus tropas en el sur. En el oeste, enfrentados a los belgas, estaban
2.000 hombres bajo la dirección de Wahle. El comandante belga Tambeur, cumpliendo su parte
de la ofensiva general pactada con los británicos, había reunido en abril-mayo
de 1916 en la frontera del Congo una “Force Publique” de 719 blancos y
11.698 negros, repartidos en una brigada al norte del lago Kivu
dirigida por Molitor, otra brigada en Russissi dirigida por Olsen, y una
guardia cubriendo las orillas occidentales del lago Tanganyka.
En un preliminar de las hostilidades, Tambeur había propuesto el 5 de abril de 1916 un armisticio, en cuyos términos los belgas trataban de obtener una justificación moral presentándose como víctimas de una agresión de sus vecinos coloniales alemanes. El 12 de abril se entabló el primer choque en Russissi, a partir del cual los belgas iniciaron sus operaciones, que solo encontraron una leve oposición. El comandante alemán de Kigali, Wintgens, amenazado por Molitor, ordenó el abandono de la ciudad a sus tres compañías el 2 de mayo, y Olsen capturó sucesivamente Nyanza el 21 de mayo y girando al sur, Kitega el 17 de junio, con lo cual el reino de Ruanda quedaba totalmente ocupado y se irrumpía en el vecino reino de Urundi. Aunque los habitantes locales en principio no los recibieron con malos términos, las relaciones empeoraron bastante debido a las feroces requisas de los askaris belgas, impelidos por la ausencia de un sistema estable de suministros en las columnas de Tambeur, que tenían que vivir sobre el terreno.
CHARLES TAMBEUR, COMANDANTE DE LAS TROPAS COLONIALES BELGAS EN EL CONGO.
En un preliminar de las hostilidades, Tambeur había propuesto el 5 de abril de 1916 un armisticio, en cuyos términos los belgas trataban de obtener una justificación moral presentándose como víctimas de una agresión de sus vecinos coloniales alemanes. El 12 de abril se entabló el primer choque en Russissi, a partir del cual los belgas iniciaron sus operaciones, que solo encontraron una leve oposición. El comandante alemán de Kigali, Wintgens, amenazado por Molitor, ordenó el abandono de la ciudad a sus tres compañías el 2 de mayo, y Olsen capturó sucesivamente Nyanza el 21 de mayo y girando al sur, Kitega el 17 de junio, con lo cual el reino de Ruanda quedaba totalmente ocupado y se irrumpía en el vecino reino de Urundi. Aunque los habitantes locales en principio no los recibieron con malos términos, las relaciones empeoraron bastante debido a las feroces requisas de los askaris belgas, impelidos por la ausencia de un sistema estable de suministros en las columnas de Tambeur, que tenían que vivir sobre el terreno.
CHARLES TAMBEUR, COMANDANTE DE LAS TROPAS COLONIALES BELGAS EN EL CONGO.
Apoyando a las tropas británicas de Rhodesia se apostó en el lago Tanganyka una flotilla bajo el mando del díscolo oficial de marina G. B Spicer-Simson, fuerte en dos cañoneros enviados
desde Ciudad del Cabo vía Elisabethville en piezas desmontadas. Por
su parte los alemanes armaron los pequeños vapores "Hedwing Von
Wissmann" ( de 20 toneladas ), "Kingani" , " Wami" y especialmente el
“Graf von Goetzen ” de 1.200 toneladas y con un cañon de 105 mm. Spicer-Simson se mostró renuente a colaborar con los belgas, y prefirió mantenerse en la zona meridional del lago.
La prioridad
del gobierno belga era la toma de Ujiji y dominar el lago Tanganyka, misión que
correspondía a Olsen. Los británicos de Uganda, bajo la dirección de Crewe,
esperaban el apoyo de Molitor para reducir Mzawa y despejar de alemanes el lago
Victoria. Una vez cumplido ese requisito, desde Ujiji y Mzawa Crewe sugería cerrar una tenaza sobre Tabora.
Olsen se
movió con rapidez: se estableció en
Usumbura, a orillas del lago y entró en Ujiji sin resistencia, mientras Wahle
reagrupaba a su gente al norte de Tabora. En el norte
Mzawa capituló el 14 de julio de 1916. Entretanto Crewe acumuló 2.800 soldados y 10.000 porteadores.
A primeros
de agosto Meliton y Crewe encontraron a Wahle concentrado en Shinyanga y lo
desalojaron rápidamente. Tombeur veía al alcance de la mano la captura de la
capital provisional del África Oriental Alemana, pero la derrota de un batallón
de Olsen en Mabama introdujo ciertas dudas en el plan convergente sobre Tabora.
A pesar del contratiempo, las dos brigadas belgas establecieron contacto el 14
de septiembre en las inmediaciones de Lulanguru. Conocedor de la amenaza
gracias a las interceptaciones de radio, Wahle acampó con sus menguadas fuerzas
(1.100 fusileros) en Itanga, vigilando al enemigo. Pronto supo que la
ofensiva definitiva del enemigo estaba prevista para el 19 de de septiembre. Los alemanes
abandonaron su posición al amparo de la oscuridad. La conquista de Tabora marcó
el limite de las ambiciones belgas. Las restricciones logísticas y los
condicionantes políticos ataron a Tombeur a la ciudad. El 3 de octubre el
contingente de Crewe fue disuelto. Mientras Wahle se dirigió al sureste tratando de
incorporarse a Lettow.
Parecía que
los alemanes se estaban refugiando en el sur de la colonia después de perder el Ferrocarril Central. Esto revalorizó las operaciones del general de brigada
Edward Northey desde Rhodesia del Norte. Emprendió la ofensiva con 2.500 hombres el 25 de mayo. Si los trastornos logísticos habían empañado
las expediones de Tombeur y Smuts, la posición de Northey era aún peor.
El alejamiento entre su cabecera de ferrocarril en Ndola y su base en Kasama era de 730
kilómetros. Todos los caminos eran inadecuados para el tráfico rodado. Era
imprescindible recurrir masivamente a los porteadores locales de Nyasaland.
Entre abril de 1916 y marzo de 1917 hubo que emplear nada menos que 138.930
porteadores. Esto provocó el caos en la economía local y un debate
contradictorio entre las demandas del gobernador de Rhodesia del Norte C.A. Wallace, la Compañía Británica de África
del Sur, los plantadores y las necesidades de la población local. Para paliar
el caos se recurrió al transporte con 2.000 canoas entre Ndola y Kasama tripuladas por 12.000
remeros.
El 4 de
junio Northey estaba en territorio alemán, en Neu Langenburg, y se dirigió
hacia el noreste, hacia Iringa. Lettow
pensaba que tenía una oportunidad debido al relativo aislamiento de Northey respecto
al resto de fuerzas aliadas. A pesar de
destinar 5 compañias a tal propósito el 24 de julio Braunschweig, jefe de
esas fuerzas, fue derrotado en Malangali, al suroeste de Iringa.
Aunque
Northey estaba subordinado a la Oficina Colonial y no al general Smuts,
intentó coordinar sus movimientos con él. El 27 de agosto Smuts le pidió que
capturara Iringa e impidiera que Lettow volviera a escabullirse en esa dirección.
Pero Northey estaba en apuros, con sus columnas dispersadas en un frente de 160
kilómetros entre Lupembe e Iringa, y sin expectativas de recibir apoyo por el
norte de la 2º división de Deventer, como deseaba. A fines de septiembre
disponía de 3.800 hombres, pero cada vez mas desparramados, con uno fino hilo
de 17.000 porteadores impredecibles. Ahora se enfrentaba a Kraut y 2.450 fusileros
estacionados en Mahenge, a los que se incorporó Wahle después de la caída de
Tabora y una difícil retirada, en la que había tenido que ir cosechando durante
la marcha para abastecerse, puesto que sus porteadores y parte de sus askaris habían desertado. Cuando el 9 de noviembre Wahle tomó contacto con una patrulla de Kraut, solamente le quedaban 750 hombres pero armados todavía con 4 cañones y 15 ametralladoras. Juntos
disponían en total de 350 blancos, 3.000 askaris, 9 cañones y 39
ametralladoras. Su objetivo era proteger
los cultivos en torno a Mahenge y recuperar al menos el área de Ubena.
A lo largo
de noviembre de 1916, Northey se vio envuelto en una nube de escaramuzas desfavorables.
Al menos, recibió finalmente apoyo de Deventer , que tomó a su cargo en
diciembre Iringa, con lo que Northey pudo reagrupar a su contingente en el
sector Songea-Lupembe.
Al mismo tiempo afluían los refuerzos aliados. La incorporación de tropas negras procedentes de otras posesiones del África Británica se estaba incrementando en detrimento del protagonismo de los sudafricanos blancos. Desde julio de 1916 se habían unido a las operaciones el regimiento de Costa de Oro (Ghana) y el regimiento de Nigeria, veteranos de la campaña contra los alemanes del Camerún. Por otra parte los Fusileros Africanos del Rey habían crecido hasta engrosar 20 batallones en febrero de 1917.
Una nuevo salto anfibio aliado tuvo lugar en Kilwa en septiembre. La división de Hoskins fue transportada en los dos meses siguientes a este puerto, pero su ambicioso plan de penetrar hacia el interior y flanquear la posición de Lettow en el Mgeta quedó frustrada como en ocasiones anteriores por las lluvias, los humedales y las plagas de mosca.
Los bombardeos sudafricanos estaban castigando severamente las posiciones del Mgeta, pero Lettow atacó el 5 de diciembre a los ingleses que habían tomado Kibata, librando una dura batalla con profusión de fuego artillero. De resultado indeciso, la ofensiva se apagó el 21 de diciembre. Lettow había impedido así la caída de Liwale y demostrado que conservaba su capacidad combativa, pero sus tropas acusaban el desgaste y para Nochevieja solo disponía de 1.100 europeos y 7.300 askaris. Entretanto la posición en Mgeta había quedado casi desguarnecida. El 1 de enero de 1917 Smuts atacó desde el oeste. Cruzó el Rufiji el 17 de enero, pero Lettow se había escabullido nuevamente del cerco deslizándose entre Hoskins y Smuts. La crecida del Rufiji y los crecientes empantanamientos por las lluvias le obligaron a dar el alto. Fue su última decisión en esta campaña, puesto que le aguardaba una nueva responsabilidad. Ya el 27 de diciembre anterior se le había notificado su nombramiento como representante de Sudáfrica en el Gabinete Imperial de la Guerra en Londres. El 20 de enero se despidió de sus asesores y abandonó África.
FOTO. EL GENERAL JAN SMUTS, JEFE DE LAS TROPAS BRITÁNICAS DURANTE LA INVASIÓN DEL AFRICA ORIENTAL ALEMANA HASTA ENERO DE 1917
En su palmarés podía proclamar que el 75% de Tanganyka había quedado ocupado, con lo que el mérito de la conquista era indudable. Pero no había podido alzarse con la victoria en el pleno sentido de la palabra, ya que el ejército de Lettow seguía activo y no había podido atraparlo a pesar de su evidente superioridad numérica y de material. La reputación de Smuts se había fortalecido y su proyección política se consolidó (sería uno de los principales dirigentes de la Unión Sudafricana terminada la guerra), pero a principios de 1917 el desafío seguía abierto en el África Oriental.
Al mismo tiempo afluían los refuerzos aliados. La incorporación de tropas negras procedentes de otras posesiones del África Británica se estaba incrementando en detrimento del protagonismo de los sudafricanos blancos. Desde julio de 1916 se habían unido a las operaciones el regimiento de Costa de Oro (Ghana) y el regimiento de Nigeria, veteranos de la campaña contra los alemanes del Camerún. Por otra parte los Fusileros Africanos del Rey habían crecido hasta engrosar 20 batallones en febrero de 1917.
Una nuevo salto anfibio aliado tuvo lugar en Kilwa en septiembre. La división de Hoskins fue transportada en los dos meses siguientes a este puerto, pero su ambicioso plan de penetrar hacia el interior y flanquear la posición de Lettow en el Mgeta quedó frustrada como en ocasiones anteriores por las lluvias, los humedales y las plagas de mosca.
Los bombardeos sudafricanos estaban castigando severamente las posiciones del Mgeta, pero Lettow atacó el 5 de diciembre a los ingleses que habían tomado Kibata, librando una dura batalla con profusión de fuego artillero. De resultado indeciso, la ofensiva se apagó el 21 de diciembre. Lettow había impedido así la caída de Liwale y demostrado que conservaba su capacidad combativa, pero sus tropas acusaban el desgaste y para Nochevieja solo disponía de 1.100 europeos y 7.300 askaris. Entretanto la posición en Mgeta había quedado casi desguarnecida. El 1 de enero de 1917 Smuts atacó desde el oeste. Cruzó el Rufiji el 17 de enero, pero Lettow se había escabullido nuevamente del cerco deslizándose entre Hoskins y Smuts. La crecida del Rufiji y los crecientes empantanamientos por las lluvias le obligaron a dar el alto. Fue su última decisión en esta campaña, puesto que le aguardaba una nueva responsabilidad. Ya el 27 de diciembre anterior se le había notificado su nombramiento como representante de Sudáfrica en el Gabinete Imperial de la Guerra en Londres. El 20 de enero se despidió de sus asesores y abandonó África.
FOTO. EL GENERAL JAN SMUTS, JEFE DE LAS TROPAS BRITÁNICAS DURANTE LA INVASIÓN DEL AFRICA ORIENTAL ALEMANA HASTA ENERO DE 1917
En su palmarés podía proclamar que el 75% de Tanganyka había quedado ocupado, con lo que el mérito de la conquista era indudable. Pero no había podido alzarse con la victoria en el pleno sentido de la palabra, ya que el ejército de Lettow seguía activo y no había podido atraparlo a pesar de su evidente superioridad numérica y de material. La reputación de Smuts se había fortalecido y su proyección política se consolidó (sería uno de los principales dirigentes de la Unión Sudafricana terminada la guerra), pero a principios de 1917 el desafío seguía abierto en el África Oriental.
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