9.9.18

EL SALIENTE DE ST MIHIEL II PARTE


También en St. Mihiel, el I cuerpo de ejército norteamericano debía alcanzar el terreno alto al norte de Thiacourt.

Los alemanes de los puestos exteriores debían seguir en su sitio, pero el comandante Nauman, jefe de la 419º regimiento de la la 77º división procedió según las órdenes del 11 de septiembre, a intentar retener la principal linea de resistencia. Pero muchos de sus hombres fueron sorprendidos por el barraje de las 1.00 horas. A las 5.00 horas se puso en juego la 2º división norteamericana. La resistencia alemana en esas condiciones fue mínima. 

Con pocas pausas los "Doughboys" siguieron hasta entrar en el bosque de Heiche, y en el vecino bosque de Haie L'Eveque, entablando algunos tiroteos. A las 13.00 alcanzaron las alturas de Thiacourt; en total la 2º división capturó 3.000 prisioneros y 92 cañones.


La 5º y 90º divisiones también cumplieron fácilmente sus objetivos ante la desfalleciente división 77º alemana, cuya resistencia fue meramente esporádica, sobre todo en reductos y en el bosque de Friere.


MAPA. LAS OPERACIONES EN EL SALIENTE DE ST. MIHIEL

En la cara occidental del saliente actuaba el V Cuerpo del general de división Cameron. El objetivo inicial eran unas cuestas al sureste de la granja Dompierre. La zona estaba defendida por la 13º división Landwehr. El V Cuerpo empezó a moverse a las 8.00 horas encontrando mínima resistencia durante un kilómetro. Después cayó algo de fuego de artillería enemiga, pero fue superado. Los franceses de la 15º división colonial perdieron el contacto al atascarse junto a la colina Amaranthe, lo que obligó a la 26º división norteamericana a sobrextenderse para cubrir su flanco izquierdo abierto. Algo de resistencia se encontró al sur de Dommartin hizo que los norteamericanos se detuviesen a pasar finalmente la noche. Durante toda la mañana, las dificultades del mal tiempo, observadores aéreos indicaban que la carretera entre Vigneulles-St Benoit estaba repleta de hombres, carros y artillería en retirada. La falta de radios era un problema para comunicar eficazmente con las fuerzas terrestres.

A las 9.30 horas la comprometida situación de la 77º división fue notificada a Fuchs. La 255º informaba de la presión norteamericana y que había perdido el contacto con la 77º división en su flanco derecho. El general Hartz ordenó un contrataque a la 31º división por propia iniciativa hacia Thiacourt, y a la 123º división hacia Vieville, acciones que no terminaron de ponerse en marcha. Algo más tarde se asumió el colapso de la 77º división. El Grupo Mihiel estaba abandonando la punta del saliente, después de que  Fuchs lo ordenara a las 11.00 horas al enterarse también de los apuros en la parte occidental del saliente, donde el general Von Below a cargo del Grupo Combres, informó de la lucha en los Altos de Combres, donde Fuchs insistió que debían mantenerse.

Durante la tarde, el 1º ejército estadounidense decidió continuar con la explotación del éxito de la ruptura. Una atrevida incursión del 2º regimiento de Caballería fue rechazada en la carretera de Nonsard. Partidas de alemanes se rindieron durante la tarde en el bosque de Vigneulles. El resto de unidades alcanzó sus objetivos previstos.

La aviación detectó la concentración de unos 3.000 soldados alemanes para un posible contrataque en la carretera Dampuitoux-Chambles.

Como ya se dijo, el Grupo Mihiel del teniente general Leuthold, en aplicación de Loki, estaba retirándose a la zona Schroeter. Pero esta zona ya estaba siendo invadida por los norteamericanos, por lo que Fuchs decidió ahora que la retirada tenía que ser hasta la línea Michael. La 10º división protegía con cada vez más dificultades esa retirada. Al atardecer, las divisiones 123º y 31º lanzaron finalmente golpes limitados en torno a Vieville y Jaulny, con intercambio artillero que estabilizó la situación a las 19.00 horas. Al menos a Fuchs le fue posible cubrir el hueco abierto por la desintegración de la 77º división de la Reserva y mantener expedito el corredor de retirada por Vigneulles-St. Benoit.

En el lado occidental, Below ordenó al Grupo Combres  (35º división austrohúngara y 13º Landwehr )  una retirada ordenada hacia la línea Michael. Ante las buenas perspectivas, Pershing alteró los planes y despachó a la 1º división y al V Cuerpo con ordenes de marchar velozmente sobre Vigneulles, bloqueando la retirada del Grupo Mihiel. A las 2.30 horas del 13 de septiembre elementos de la 26º división  bajo el mando del general de brigada Shelton ( V Cuerpo ) entraron en Vigneulles tomando prisioneros a un batallón alemán y a grupos dispersos a lo largo de la carretera. La 1º división se movió con algo de retraso.  Hubo rumores de contrataques alemanes durante la noche, que no llegaron a materializarse.

Las órdenes del 1º ejército para el 13 de septiembre eran optimistas, simplemente: “ El ataque continuará mañana con la vista puesta en completar la derrota enemiga  y recoger el botín”. Lo cierto es que a pesar de la celeridad de los norteamericanos, Leuthold había conseguido sacar del saliente al Grupo Mihiel ( 5º división Landwehr y la 192º sajona ) antes de la caída de Vigneulles. La nota discordante era la destrucción casi completa de la 77º división y el destrozo de la 10º división, que había estado a punto de generar un desastre.


Gallwitz pensaba que las intenciones de Pershing eran arrollar la línea Michael y amenazar Metz. Las noticias desfavorables repercutieron duramente sobre Ludendorff, que comenzaba a resentirse de la tensión acumulada a lo largo de meses y meses de vaivenes en los frentes de batalla.

A partir de las 6.00 horas la 42º división reinició su movimiento hacia Haumont y St Benoit. Uno de sus regimientos, desplazándose por los bosques de Thiaucourt y Beney bajo el mando del general de brigada MacArthur, estableció su cuartel general en St Benoit al encontrarla evacuada. El 327º batallón de carros de combate acumuló en la localidad 35 carros de combate. En Xammes entró la 89º división halló restos de la precipitada retirada alemana. Allí en Euvezin gastó buena parte del dia 13 de septiembre  atrincherándose ante un esporádico  hostigamiento de fuego de artillería.

La 2º y 5º divisiones consolidaron también varias posiciones y tantearon la línea Michael, con una escaramuza sangrienta en la granja Mon Plaisir. La 5º tuvo que enfrentar un contragolpe alemán de la 123º división sajona en el bosque de Gerard a las 16.50. No obstante, hacia las 22.00 el ataque había sido rechazado.

Por su parte la 90º división se aproximó a la línea Michael y mantuvo choques en el bosque de Vencheres con elementos de la 123º sajona, en combates de resultado incierto hasta el anochecer. Otros batallones de la división ocuparon el bosque de Le Pesle, despejando en el camino algunos reductos y nidos de ametralladoras alemanas. En Norroy, cerca del río Mosela, consiguieron hacerse con depósitos de munición y suministros, y admiraron las comodidades y acabados de las estancias abandonadas por los alemanes de la 255º división.

Al este del río Mosela se ordenó a la 82º división que lanzaron incursiones sobre la granja Bel Air para fijar a los alemanes de la zona e impedir que se desplazaran al oeste del río. En el sector central, en Vigneullles, durante todo el día la 26º división afianzó su conquista y al atardecer se movió lentamente hacia el norte, en St Maurice
y Hannonville.

Aunque algo aliviado por la ralentización de los movimientos enemigos durante el día y por haber retirado a tiempo al Grupo Mihiel, Fuchs estaba temeroso sobre las intenciones de los estadounidenses, y además recibió algunos reproches del Alto Mando germano. Hindenburg en particular estaba molesto por la falta de apoyo a la desintegrada 77º división de la reserva y por las elevadas pérdidas de equipo y hombres.


Aquel día Petain y Pershing acudieron a la recuperada ciudad de St Mihiel aquella misma tarde, y debatieron donde debían ajustar sus lineas ante la línea Michael antes de emprender la operación Mosa-Argonne.
El 14 de septiembre se presentó con tiempo despejado en contraste con las dos jornadas anteriores. Ahora el frente se extendía unos 40 kilometros desde Norroy, a orillas del Mosela hasta Marcheville en el oeste.

Durante la noche del 13-14 una patrulla se deslizó a través de la línea Michael con la presencia del MacArthur, para evaluar la posibilidad de un avance sobre Metz. Consiguió avistar la ciudad y cuando regresó intentó convencer al jefe de la 42º división, el general Menoher, de que las defensas enemigas eran frágiles y que un golpe decidido les podía llevar a Metz. Menoher le ordenó que se estuviera quieto, los planes acordados eran otros, e iban hacia el oeste, al Argonne, no hacia el este. Lo cierto es que estaban acudiendo refuerzos alemanes al sector, tres divisiones para el V ejército, y otras tres en exclusiva para el Destacamento de Ejército C. En esas nuevas condiciones, Gallwitz dió la consigna de sostener a toda costa la línea Michael.


No obstante añadió: “ Si contrariamente a las expectativas el enemigo tiene éxito en penetrar en los flancos interiores y la situación no puede ser restaurada por un contrataque, la línea Volker o el río Orne serán mantenidos en cualquier caso” Esto mostraba sus recelos, y el temor a que los norteamericanos atacasen hacia Metz.


Un soldado alemán describía el efecto masivo de los tanques ligeros Renault, agrupados en los batallones blindados 344º y 345º de las fuerzas norteamericanas, durante uno de los enfrentamientos en el saliente de Saint Mihiel: "Flotas de pequeños tanques, cada uno armado con un cañón o una ametralladora, aparecían con la rapidez de comadrejas en y detrás de nuestras posiciones artilleras, como engendros brotando del infierno"

FOTO. EL TENIENTE CORONEL PATTON, JUNTO A UN TANQUE LIGERO RENAULT


Una incursión de tanques del 326º batallón ordenada por Patton condujo a un enfrentamiento con los alemanes en la carretera de Woel hasta Joinville, donde penetraron, pero donde no pudieron mantenerse por falta de apoyo de infantería, abandonando dos tanques. A las 21.00 horas fueron reagrupados tras regresar a St. Maurice. Durante el resto del día algunas patrullas de marines de la 1º división llegaron a los confines de la línea Michael y asegurar algunos bosques topando con algo de fuego alemán. La ofensiva había llegado a su culminación. 

En conjunto, los norteamericanos habían barrido el saliente de Saint Mihiel en tres días, capturando a más de 15.000 alemanes y varios cientos de cañones, matando o hiriendo a otros 5.000 más. El coste de bajas de Pershing fue de 7.000 hombres.


El relativo éxito en St. Mihiel reafirmó la larga reivindicación de Pershing ante sus socios para establecer un funcionamiento autónomo del 1º ejército norteamericano, al demostrar que era apto para operaciones a gran escala. Aunque las fuerzas estadounidenses siguieron realizando patrullas agresivas, como el 25 de septiembre cuando la 42º división organizó una sangrienta incursión en Marcheville sufriendo 300 bajas , en realidad ya se estaban preparando para el objetivo establecido por Foch: el Argonne. Sería una prueba mucho más dura que St, Mihiel.






26.8.18

REVENTANDO LA LINEA HINDENBURG: CAMBRAI II PARTE

FOTO. UNA COLUMNA DE AUSTRALIANOS DE LA 5º DIVISIÓN SE PREPARAN PARA UN ATAQUE CONTRA LA LÍNEA HINDENBURG EN HESBECOURT EL 29 DE SEPTIEMBRE


Los movimientos británicos alcanzarían su cenit precisamente eldía 29 de septiembre. En Flandes el 2º ejército británico avanzó entre Messines y Broodsciende, llegando al anochecer al río Lys y amenazando la importante ciudad de Lila desde el noroeste.

No obstante, el protagonismo de los sucesos más trascendentales vendría de la mano del 4º ejército de Rawlinson, hasta entonces poco activo, en el canal de San Quintín. Durante la madrugada sus tropas habían completado la concentración en las áreas de partida. Había cesado la lluvia de las jornadas anteriores, pero una fina niebla del primer otoño se fue extendiendo, sin impedir que los bombarderos del IX escuadrón de la RAF castigasen la aldea fortificada de Villers-Outreaux y el cruce ferroviario de Busigny.

De nuevo fueron los norteamericanos de la 27º división los primeros en moverse bien temprano, a las 4.50 horas, buscando desbaratar la línea avanzada Hindenburg. Estaban apoyados por 34 tanques. No tuvieron mucha fortuna, y hacia las 9.00 horas ya habían sido contenidos, al igual que la 3º división australiana en las cercanías de Ronssoy. El flanco izquierdo del 3º cuerpo con las divisiones 12º y 18º, poco más consiguió ante Vendhuille.

La 30º división norteamericana tuvo algo más de suerte y consiguió despejar un trecho de la línea principal Hindenburg. La 27º división tuvo que contentarse con cubrir el flanco del pequeño saliente creado por sus compatriotas. Hasta este punto, no parecían resultados muy alentadores.

En cambio, la actuación del IXº cuerpo sería apoteósica. La 46º división del comandante general Boyd encabezaba el ataque. En los días previos había proporcionado a sus hombres salvavidas y otros enseres naúticos y había ordenado entrenamientos de nado en fosos de castillos.

La 2º división de infantería de alemana permanecía un tanto expuesta al oeste del canal de San Quintín, conservando una cabeza de puente. Una actitud valiente pero muy expuesta para las 16 compañías que la sostenían, vulnerable a una plena cobertura de tiro de la artillería británica.

Una ligera niebla cubría la zona cuando a las 5.50 horas empezó la barrera de fuego artillero de preparación. Siguiéndola de cerca elementos de la 46º división actuaron entre Bellenglise y el puente de Riqueval arrollando las posiciones germanas al oeste del canal. Algunos ingleses cruzaron a nado y otros usando los pontones capturados. Tras una breve pausa para reagruparse en la orilla oriental la segunda oleada se dispuso a despejar la aldea de Bellenglise y su túnel ferroviario, eliminando los puestos de ametralladora a corta distancia aprovechando la niebla. A las 8.20 horas la cabeza de puente oriental estaba asegurada. Al sur del pueblo la 1º división británica no tuvo problemas para desalojar a la 79º de la Reserva  y llegó pronto a su objetivo en la carretera entre Belleglise a San Quintín. Ante la alarma, acudieron algunas reservas alemanas, como la 2º división de la Guardia, mientras que la 21º división de infantería adelantaba sus posiciones,

Inmediatamente al norte de Bellenglise los australianos de las 3º y 5º divisiones tomaron el relevo de los aturullados norteamericanos, aunque solo consiguieron pequeños éxitos como la toma de la granja Gillemont y la de Quennemont. No obstante, una brigada de la 5º división alcanzó la línea de reserva Hindenburg al oeste de Bellicourt, a pesar de perder bastantes vehículos blindados por el hostigamiento del 55º regimiento de artillería de campo alemana en torno a Nauroy.

Entretanto las 46º y la 32º divisiones británicas afianzaron el puente de Riqueval e instalaron diversos pontones. Siendo consciente del quebrantamiento de las defensas del canal de San Quintín, Boyd solicitó que acudiera la 5º brigada de caballería para facilitar la profundización, mientras agrupaba las brigadas de su división para asestar el siguiente golpe.

Aunque obstaculizados por la niebla para prestar un apoyo aéreo efectivo sobre las operaciones terrestres, el 27º escuadrón de la RAF lanzó sus bombarderos DH 9 para continuar el castigo sobre el cruce de Busigny, hostigados por los Fokker DVII del Jasta 5; el 84º escuadrón aniquiló los globos de observación alemanes en los alrededores de Villers Outreaux a pesar de la resistencia del Jasta 46.
Los movimientos del 1º ejército francés a partir de las 10.30 horas al sur de San Quintín tuvieron menos éxito pero mantuvieron ocupado al 26º cuerpo de la Reserva alemán, tomándole 500 prisioneros en Urvillers.

Al comprender la magnitud de la ruptura, Von Endres, jefe del I cuerpo de ejército bávaro, dispuso a elementos de la 11º división de infantería en Bohain a lo largo de la tarde. Los jefes del cuerpo australiano decidieron insistir con sus ataques frontales. La 11º brigada australiana fue capaz de apoderarse de algunas trincheras y búnkeres de la línea principal Hindenburg durante esa tarde en una fiera lucha. Las tropas adelantadas de la 5º división australiana detectaron el despliegue de la recién llegada 21º división, lo que frenó su ímpetu.
FOTO. NIKOLAUS RITTER VON ENDRES, JEFE DEL I CUERPO DE EJÉRCITO BÁVARO.

A pesar de la confusión sufrida por el cuerpo mixto australiano-norteamericano, el éxito del ataque del IXº cuerpo iniciado por la mañana continuó durante la tarde del 29 de septiembre. A partir de las 11.20 horas la barrera de fuego móvil al este de Belleglise se alargó nuevamente y el asalto se reanudó en dirección a Lehacourt. Una de las brigadas de la 46º división llegó a terreno abierto, barriendo a los restos de la 2º división de infantería alemana. A las 13.15 horas, apoyados por tanques que abrían paso entre el alambre de espino, varios batallones británicos  capturaron el tramo de la línea de apoyo Hindenburg en Magny-La-Fosse. En torno a aquel punto, hasta donde abarcaba la vista, las fuerzas británicas estaban avanzando.

Esta cuña recién incipiente separando a la 79º división de infantería de la 11º división era vista con gran aprensión por los jefes alemanes del área. La respuesta fue desplazar a elementos del 18º cuerpo de la Reserva que acababan de rechazar a los franceses para engrosar las defensas, al tiempo que se ordenaba a la 11º división de infantería unirse a la 79º división en Fontaine-La-Uterte.

A las 15.50, puesto que el asalto británico continuaba penetrando las defensas, Von Endres dispuso que la 221º división de infantería asegurase la conexión con el II ejército al norte de la carretera Bellenglise-Sequehart.

Entretanto también llegaban refuerzos ingleses. La 32º división británica atravesó Belleglise y se incorporó al combate a partir de las 18.00 horas. Su brigada del flanco derecho consiguió tomar al oscurecer la entrada septentrional del túnel de Le Tronquoy, al sureste de Lehacourt, dispersando a los defensores de la 79º división alemana, En el flanco izquierdo la brigada 97º chocó violentamente con varios batallones de la 11º división de infantería, que consiguió mantenerse firme. A medianoche la 32º división británica se detuvo y se dispuso a consolidar el terreno ganado. Aprovechando las sombras, la 6º división británica pudo ser relevada de su línea de frente por la 47º división francesa, proporcionando así efectivos extra a Braithwaite. Durante la noche Rawlinson y su estado mayor diseñaron las nuevas operaciones que en la jornada siguiente debía realizar el triunfante 9º cuerpo.

En el mando alemán la preocupación por la situación de las tropas que todavía permanecían al oeste de los canales crecía a medida que se analizaban los progresos del enemigo. El teniente general Von Morgen, jefe del 14º cuerpo de la Reserva, y Von Larish, jefe del Comando General 54, ordenaron por ello de madrugada un repliegue hacia los canales, aunque hubiera que abandonar secciones externas de la línea Hindenburg.

En definitiva, el audaz avance de la 46º división había permitido a las dos divisiones del IXº cuerpo cruzar el canal y capturar 7 kilómetros de la línea Hindenburg Hacia el 2 de octubre el II ejército alemán había perdido 17 kilómetros de la línea y miles de sus soldados fueron tomados prisioneros. Tras una breve pausa, los ejércitos británicos 4º y 1º rompieron decisívamente a través de los últimos obstáculos en la retaguardia de la línea Hindenburg ( Sigfrido II). Esto obligó al OHL  a ejecutar una retirada masiva a la línea Hermann (que apenas estaba esbozada), un movimiento efectuado entre el 9 y el 11 de octubre.



18.8.18

DESPLOME TURCO EN PALESTINA: LAJJUN (MEGIDDO). LA CAMPAÑA DEL VARDAR: BULGARIA ABANDONA A LAS POTENCIAS CENTRALES


Durante el verano de 1918 los guerrilleros árabes de Faisal y Lawrence habían proseguido con sus ya perfeccionadas y habituales incursiones de sabotaje, destruyendo más de 25 puentes en Palestina y Transjordania. Pero la acción principal de los británicos se pospuso hasta que refrescase el clima, a primeros del otoño.

Así, el 19 de septiembre daría comienzo la ofensiva conocida más tarde como batalla de Lajjun o Megiddo. Las posiciones turcas comprendían en el litoral al 8º ejército de Djevad Pacha, al 7º ejército de Mustafá Kemal en el interior de Palestina, y el área desértica de Transjordania y su ramal ferroviario al 4º ejército de Djemal Kucuk. Este aparente despliegue ocultaba que en realidad el desgaste del conflicto había pasado una elevada factura al potencial turco y sus efectivos reales eran muy limitados, en total no superaban en total los 40.000 hombres  y eso sumando los 6.000 soldados que guardaban las vías férreas, el 2º ejército desplegado en Siria con solo 5.000 miembros, y por último, un puñado de reservas como el 146º regimiento alemán.
En cambio las fuerzas Aliadas estaban llegando a la culminación numérica y perfeccionamiento de tácticas. Allenby tenía a su disposición  unos 70.000 hombres en buenas condiciones físicas y bien equipados: británicos y coloniales indios, australianos y neozelandeses, y unos 550 cañones.

A las 4.30 horas del 19 de septiembre la esperada ofensiva se abrió junto al litoral mediterráneo con el tiro de 400 cañones más la contribución de dos destructores desde el mar, a lo largo de un frente de 25 kilómetros. Esta inusual concentración de potencia artillera era inédita hasta la fecha en el frente palestino, y reportó a los británicos unos pingües resultados. La 54º y 60º divisiones inglesas, la 3º y 7º indias y un pequeño contingente francés atravesaron las debilitadas alambradas turcas mediante paneles de acero. El XXII cuerpo de ejército turco de Rafet Bey se desmoronó en pocas horas. Aprovechando el frente abierto las divisiones de caballería australianas 4º y 5º profundizaron velozmente en dirección a Nazaret deshaciendo a los fugitivos en retirada, intentando capturar el cuartel general de Von Sanders, que desconocía la gravedad de la situación y el peligro que personalmente corría, debido al corte de las comunicaciones por los ataques aéreos y artilleros. A las 6.30 del 20 de septiembre la caballería británica irrumpió en la localidad de la que apenas consiguió huir Von Sanders en pijama subido a un camión.
FOTO. PRISIONEROS TURCOS DE LAJJUN, SEPTIEMBRE DE 1918

A lo largo del día continuó la presurosa retirada de los restos del 8º ejército y del 7º ejército turco que se vio obligado a hacerlo igualmente rápido para no ser flanqueado por la derecha.

El vital paso de Lajjun cayó en un golpe de mano del 2º de lanceros a las 3.00 horas del 21 de septiembre.  Las fuerzas móviles de caballería y vehículos blindados continuaron la etapa hasta Birket, donde fueron rodeados 500 turcos, y a continuación hasta Afula, enclave ferroviario donde tras una refriega capturaron a 75 alemanes y 200 turcos, aparte de camiones y aviones. En esta tesitura muchos turcos que huían desde Jenin se vieron copados. Los restos del grupo de ejércitos Ylderim buscaron replegarse sobre Damasco, abandonando totalmente Palestina. Fueron castigados por ataques aéreos constantes; en particular el 7º ejército que perdió en el paso de Wadi Far docenas de camiones y piezas de artillería, evidenciando la desmoralización de sus hombres, que no eran capaces de responder a las pasadas a baja altura de los aviones británicos.


La 15º brigada de caballería británica entró en Haifa el 23 de septiembre. El Asien Korps de Von Oppern se colocó como retaguardia de refresco de los supervivientes que convergían en el sur del lago Tiberidades. El contingente turco-alemán del capitán Von Keyserling en Samakh trató desesperadamente de proteger esta vía de escape, pero fue arrollado por la 4º brigada de caballería australiana.

En Transjordania, el 4º ejército turco empezó a verse afectado por los desfavorables acontecimientos. Djemal Kucuk decidió esperar al II cuerpo que había evacuado la estación de Maan. Este retraso permitió a los árabes de Lawrence tenderles sangrientas emboscadas que culminaron el 27 de septiembre con la masacre en un oscuro episodio de 250 alemanes y turcos que se habían rendido, amplificado al día siguiente cuando los árabes rebeldes entraron en Deraa y asesinaron a los soldados turcos heridos que languidecían en los andenes. Solo la llegada de la 10º brigada de caballería detuvo la matanza.

Después de llegar a Damasco y enterado de la verdadera magnitud del desastre, Von Sanders consideró que defender el sur de Siria era inviable. Solo disponía del Asien Korps de Von Oppeln, y restos destrozados del 4º y 7º ejércitos turcos. Entretanto continuaban las operaciones de limpieza por parte de los hombres de Allenby, que apresaron a 10.000 turcos y confiscaron depósitos de material en los últimos días del mes. Los supervivientes abandonaban el sur de Siria, unos en ruta a Homs y otros por el desfiladero de Barada, donde el 30 de septiembre sufrieron otro descalabro a manos de la división australiana montada.

El 1 de octubre la 5º división de caballería, la 3º brigada de caballería australiana
y los árabes de Lawrence entraron en Damasco dirigidos por el jerife Nasir, en representación de Husayn de La Meca y del emir Faisal. 

Nasir fue el encargado de escenificar la victoria en la antigua capital del califato, acompañado por jefes tribales como Auda Abu Tayi y Nuri Shalaan, con un séquito de 1.500 paramilitares árabes. La entrada fue ordenada, puesto que los últimos soldados otomanos  habían abandonado la ciudad el día anterior en ferrocarril. Apretadas multitudes expectantes contemplaban con sentimientos encontrados al nuevo poder.
Faisal llegaría el 3 de octubre, en un nuevo desfile, montando en un tradicional caballo alazán, a pesar de que se ofreció un llamativo coche Mercedes abandonado por los alemanes.

 Sin embargo el entusiasmo de Faisal recibiría pronto un jarro de agua fría. También Allenby había acudido a la ciudad. Ambos se reunieron horas más tarde en un hotel y aparecieron las primeras discrepancias políticas. El general británico le informó, con Lawrence actuando de privilegiado interprete, que los territorios ganados, aunque formalmente bajo la soberanía hachemita, se repartían en la práctica en protectorados británicos y franceses. En Palestina, según la declaración Balfour la administración local carecería de cualquier contenido político. Mientras continuara el estado de guerra, Allenby sería el encargado de ejercer el mando en todas las zonas árabes arrebatadas a Estambul. 

Más tarde, en el ayuntamiento Faisal fue aclamado otra vez, pero seguramente con un humor sombrío después de la entrevista que dibujaba un futuro complicado para las aspiraciones árabes.



El frente balcánico en Macedonia  había permanecido casi estático desde 1916, salvo ocasionales golpes de mano. En Bulgaria, los problemas surgidos con el suministro y el desgaste bélico habían provocado la sustitución del gabinete Radoslavov por el de Aleksandar Malinov, sustentado por el partido demócrata, el nacional y el liberal progresista, desde el 21 de junio. El líder agrario Stamboliski, partidario de la neutralidad, fue sacado de la cárcel y puesto en un suave arresto domiciliario, en un gesto conciliador


Para el año 1918 los Aliados habían previsto una serie de ofensivas limitadas, pero el avance alemán en el frente occidental durante la primavera había obligado a suspenderlas. En junio de 1918 el general Guillaumont fue reemplazado al frente del llamado "ejército de Salónica" por Franchet d´Esperey, un veterano de la batalla del Marne.  Los Aliados habían reunido unas 35 divisiones (ocho francesas, siete británicas, seis griegas, seis serbias y cuatro italianas, aunque de efectivos incompletos sobre todo a causa de las fiebres endémicas de la zona), con 650.000 hombres y las habían equipado y adiestrado convenientemente.El nuevo comandante solicitó nuevos recursos para una operación fulminante. Los franceses comenzaron a mover sigilosamente gran cantidad de artillería pesada hacia las montañas, mientras los británicos emprendían acciones de distracción más al este, en Tracia Occidental.


El visto bueno para iniciar el proceso llegó el 10 de septiembre, tras la victoria de Amiens y otros éxitos notables en el frente Occidental. Los búlgaros les oponían 17 divisiones, con el apoyo de dos divisiones turcas y algunos batallones de especialistas alemanes, coordinados por Von Mackensen.


La llamada campaña del Vardar empezó con el característico bombardeo previo en la madrugada del 14 al 15 de septiembre. A las 5.30 horas se pusieron en movimiento las fuerzas francesas, serbias e italianas. En un par de días lograron penetrar 10 kilómetros, y al tercer día la ruptura era total logrando profundizaciones de hasta 30 kilómetros respecto al frente original. Este conjunto de combates es conocido como la batalla de Dobro Pole. Carentes de reservas dignas de ese nombre y con todo del valle del Vardar expuesto, las tropas  búlgaras empezaron a flaquear, y lo que es peor, a mostrar falta de voluntad de seguir resistiendo y de regresar a sus hogares. Todavía el 2º ejército búlgaro fue capaz de repeler el 19 de septiembre un ataque mixto de ingleses y griegos en Doiran aunque cedieron el pueblo. Esto  permitió a los búlgaros intentar trasladar fuerzas al punto crítico en Macedonia para cortar el paso a los Aliados en el río Cherna. Sin embargo sus columnas fueron desbaratadas en el paso de Kosturino por las constantes y efectivas incursiones aéreas de la RAF.


El 22 de septiembre los serbios llegaron a Negotina, en el trascendental ferrocarril a Salónica, y el 25 de septiembre tropas coloniales francesas estaban tomando posiciones en las sierras alrededor de Skopje (Uskub) y el 26 tomaron Strutmisa, en el territorio búlgaro.


La situación en el interior de Bulgaria se precipitó ante las malas noticias, la incapacidad de Berlín y Viena para suministrar más ayuda, y las privaciones económicas. Se organizaron revueltas y consejos en varias ciudades. La mano de la legación norteamericana, que seguía funcionando puesto que EE.UU no había declarado la guerra a Bulgaria, tuvo algo que ver en estos sucesos. La noche del 26 de septiembre un oficial de estado mayor búlgaro acudió al campamento del general Milne solicitando una suspensión de hostilidades de dos días, y envió de una delegación de paz..


El día 29 de septiembre, mientras caía Skopje ante la caballería francesa, el gobierno de Malinov aceptaba las rigurosas condiciones impuestas para los Aliados para un armisticio: se comprometía a desmovilizar completamente su ejército salvo unos pocos destacamentos en la frontera con Turquía y en los ferrocarriles; permitía que tropas aliadas ocuparan puntos clave; entregaba su armamento, aceptaba que 100.000 de sus hombres permanecieran prisioneros por tiempo indeterminado. También había condiciones territoriales: Bulgaria evacuaba todas las zonas ocupadas que había reclamado como propias: lo que conservaba de Macedonia, y la Tracia griega. Dejaba su territorio a disposición de los Aliados para posteriores movimientos. 


El armisticio entró en vigor al día siguiente. Bulgaria era el primer miembro de las Potencias Centrales en claudicar. No sería el último.






22.7.18

REVENTANDO LA LÍNEA HINDENBURG: 2º BATALLA DE CAMBRAI I PARTE

La línea Hindenburg, oficialmente llamada por los alemanes línea Sigfrido, era una posición defensiva preparada entre las ciudades de Arras y Laon, que adoptaba todas las lecciones aprendidas en 1915-1916 para librar combates de resistencia, como la profundidad apropiada de los refugios y trincheras para proteger a sus ocupantes. Trabajaron en su construcción hasta 65.000 hombres entre septiembre de 1916 y marzo de 1917. Estaba flanqueada por otros barreras fortificadas en los sectores del frente Occidental restantes: la línea Wotan  al norte de Arras y hasta Lila, o la línea Michael en la base del saliente de Saint Mihiel. Los Aliados incluían todas estas líneas en la denominación genérica de línea Hindenburg.

La línea Hindenburg-Sigfrido estaba estructurada en cuatro cinturones sucesivos que tenían en total siete kilómetros de anchura: la "línea avanzada", la "línea principal", la "línea de apoyo", y la "línea de reserva".

Sobre esa zona, más exactamente la situada en torno al canal de San Quintín y el canal del Norte, los británicos prepararon una potente ofensiva que se ha venido en denominar II batalla de Cambrai, pero cuyo objetivo operacional era romper la línea Hindenburg. Esta ofensiva formaría parte de un movimiento más amplio concebido por el mariscal Foch entre Flandes y el Argonne. El ataque entre Cambrai y San Quintín formaba la disposición central. Actuarían en ella el 1º ejército británico del general H. Horne, formado por el XXII cuerpo del teniente general A. Godley, y por el cuerpo Canadiense del teniente general A. Currie; el 3º ejército del general Byng, formado por el XVII cuerpo del teniente general C. Fergusson, el VI cuerpo del teniente general Haldane, el IV cuerpo de G. Harper, y el V cuerpo de C.Shute; y el 4º ejército del general Rawlinson, formado por el III cuerpo del teniente general R. Butler, el cuerpo Australiano de J. Monash, el IX cuerpo de Braithwite, y el II cuerpo norteamericano de G. Read. El 1º ejército francés de Debeney, antiguo jefe divisional en Verdun,  les prestaría asistencia.


El bombardeo preliminar empezó a las 22.30 horas del 26 de septiembre para ablandar las posiciones germanas, utilizando 1.044 cañones de campaña y 593 cañones pesados. El objetivo era cortar el alambre de espino, dañar los mayores búnkers de hormigón, resquebrajar los muros del canal de San Quintín ( integrado en el aparato defensivo ), aparte de la desagradable novedad del empleo del gas mostaza.

Las fuerzas alemanas que defendían este tramo de la línea Hindenburg eran el 17º ejército del general Ottp von Below, con el II cuerpo Bávaro de Von Delmensingen, el XVIII cuerpo de Von Etzel y el XIV cuerpo de  la reserva dirigido por Von Morgen. Al sur de Cambrai hasta San Quintín estaban el 2º ejército de A. von Carlowitz, antiguo ministro de Guerra de Sajonia; y el 18º ejército de Von Hutier.

Los alemanes trasladaron a la 207º división de infantería como medida precautoria para reforzar a su 17º ejército, desplegándola al oeste de Cambrai. Hicieron lo mismo con la 9º división de la Reserva. También llegó la 26º división de la Reserva, cedida por el OHL. En cambio el 2º ejército alemán no recibió refuerzos.

Delante de Cambrai, el 3º ejército británico de Bying había llevado a cabo desde el 18 de septiembre bombardeos orientados a quebrar las amplias alambradas de espino, y el  XXII cuerpo del 1º ejército hacía bombardeos de diversión en la zona de Marquion. Pero no hubo una preparación previa, a diferencia de lo hecho por Rawlinson y su 4º ejército británico. En el aire, los bombarderos de las escuadras III y IX de la RAF respaldaron la operación castigando los cuarteles generales de los alemanes en torno al nudo ferroviario de Busigny.

A las 5.20 horas del 27 de septiembre empezaron las primeras salvas contra las posiciones enemigas: la 1º y 4º divisiones canadienses atravesaron velozmente un tramo seco del canal del Norte en Inchy-en-Artois asegurándolo a las 7.30; la artillería alemana respondió poco y mal, desorientada por los bombardeos de diversión de los días anteriores hechos por el XXII cuerpo. Varios puentes quedaron abiertos al tránsito entre las 8.00 y las 10.20 horas.


FOTO. El teniente general Charles Fergusson

El XVII cuerpo del teniente general Fergusson progresó más lentamente que los canadienses, debido sobre todo a un punto de resistencia en la “fábrica de azúcar” en la carretera de Bapaume, pero lograron romper a la 7º división de caballería alemana que sostenía el área. Mientras los ingenieros instalaban pontones sobre el canal. El XVII cuerpo se parapetó al este de Gravicourt al finalizar el día, algo retrasado respecto a los canadienses que habían asegurado el bosque de Bourlon.

Ante la gravedad de la penetración canadiense, acudieron al atardecer la 22º división de infantería y de la 10º división de la Guardia para apoyar a los defensores de la línea Hindenburg, pero no fueron capaces de coordinar sus movimientos y tan solo pudieron reemplazar a las destrozadas 187º y 7º divisiones, para proteger al menos el acceso noroeste a Cambrai.

La parte de la misión encomendada al 3º ejército británico se inició a las 5.20 horas con una resistencia apoyada en reductos por parte de la 49º división de la Reserva alemana, que entorpeció el progreso, aunque la 3º división fue anulando esos focos y despejó un tramo de la línea Hindenburg de apoyo. El avance siguió cuando a media mañana las divisiones 2º y 62º del segundo escalón mantuvieron el empuje sobre el canal de San Quintin en Marcoig.

Las divisiones británicas 42º y 5º entraron en acción a las 7.52 horas, pero la 113º división de infantería alemana, advertida por la batalla que rugía más al norte, estaba preparada y se cruzó en su camino. Fueron rápidamente eliminados nueve de los doce tanques que apoyaban la ofensiva y el intenso fuego de ametralladora diezmó a la infantería inglesa. Así, la 113º división estuvo en disposición de estorbar los movimientos triunfales del VI cuerpo británico, que además debió rechazar los fuertes contrataques de la 3º división de Marina alemana.

A pesar de los retrocesos, la línea Hindenburg de apoyo aún resistía al oeste de Cambrai , a pesar de la pérdida del territorio en torno a Marcoig. La línea Hindenburg de reserva permanecía incólume.
En el aire, la RAF ayudó a dirigir el tiro de artillería, y la I brigada lanzó cinco escuadrones de caza sobre Wasnes-au-bac, apoyando a dos escuadrones de bombarderos, a la vez que los bombarderos de la IX brigada intervenían contra los aeródromos alemanes en Bertry y Bevillers, dando lugar a duros lances con los cazas que los defendían.

El 3º ejército británico decidió en la noche del 27 al 28 de septiembre mantener la presión. A las 2.30 horas las divisiones 5º y 42º  reanudaron su asalto con algunos éxitos. A las 5.15 horas el VI cuerpo se adelantó sobre el terreno abierto al norte de Marcoig. El XVII cuerpo de Fergusson atacó a las 6.15 horas con la 57º división en cabeza seguida por la 63º división. A las 11.00 horas empezaron el cruce del canal estableciendo algunas avanzadillas en la orilla este.

Al norte de la carretera Cambrai-Bapaume, Horne ordenó a los canadienses que continuasen su exitosa penetración de la jornada anterior , preparando  a la llamada Fuerza Independiente equipada pródigamente en unidades de vehículos ametralladores para explotar una posible profundización si se presentaba la oportunidad. Las 3º y 4º divisiones entraron en Fontaine-Notre-Dame, aunque el perímetro en torno a Cambrai sostenido por la 1º división de la Guardia alemana en la reserva resistió la presión. La 1º división canadiense atacó en su solitario a las 9.00 horas con escasos progresos.

Como hemos visto, en el canal de San Quintín las cosas iban más despacio. El 4º ejército británico solo autorizó  el día 27 una acción preliminar al 106º regimiento norteamericano, apoyado por 12 tanques y una barrera móvil de artillería. En contraste con la sacudida asestadas por los canadienses en el Canal del Norte, el 4º ejército tenía más problemas en el canal de San Quintín por el fallo del III cuerpo en capturar la parte avanzada de la línea Hindenburg al norte de Hargicourt. Rawlinson había decidido que tres batallones norteamericanos se ocuparían de esa tarea como prolegómeno al esfuerzo principal. Por ello a las 5.30 del día avanzó en un frente de 4 kilómetros detrás de una barrera de fuego rodante, secundados por 12 tanques. A pesar de cierto éxito inicial los contraataques alemanes de la 54º división de infantería los expulsaron de la granja Guillemont, sufriendo los norteamericanos 1.540 bajas. Los franceses del 1º ejército desplazaron las divisiones 47º y 46º hacia San Quintín como contribución añadida.

Más lejos pero simultáneamente a los acontecimientos en Cambrai, en la región de Flandes, el 28 de septiembre los británicos marcharon contra Diumunde y Ploegsteert, y las alturas de Paschendaele, tan duramente disputadas en la III batalla de Ypres el año anterior. En cuanto a la ofensiva sobre el Argonne el progreso fue bastante dificultoso, con fallos en la logística del 1º ejército norteamericano en este boscoso paraje. Pero esta amenaza obligó a trasladar al Argonne seis divisiones procedentes de la reserva en Alsacia-Lorena.

Ese mismo día el 4º ejército británico retomó la iniciativa en el canal de San Quintín, tras analizar la acción americana del día 27, llegando a la conclusión de que la línea avanzada Hindenburg no había quedado suficientemente asegurada para lanzar todavía el asalto principal. Monash solicitó a Rawlinson aguardar al menos un día más. Esto era imposible sin perturbar la sincronización de toda la ofensiva general que como hemos visto estaba en su apogeo. Por ello Monash y O´Ryan acordaron actuar como estaba planeado, introduciendo correcciones. Entretanto un contrataque alemán a cargo de la 2º división de infantería consiguió aislar los puestos avanzados de la 46º división británica, imponiendo su abandono.

En el grupo de ejércitos del príncipe Ruperto se consideraba que la simultaneidad del asalto enemigo en Flandes y el que se estaba produciendo alrededor de Cambrai constituía una verdadera amenaza de embolsamiento para el 6º y el 17º ejércitos. Por ello, aunque dos divisiones habían sido despachadas inmediatamente a la lucha en los altos de Passchendael, otras seis divisiones fueron retenidas al este de Ypres para tapar cualquier posible brecha.

Solamente la 220º división de infantería fue destinada a la expuesta Cambrai. Von Boehn estaba preocupado sobre todo por las amenazas sobre su flanco derecho y persuadió al OHL para trasladar a la 38º división de infantería y al 5º bávara desde Le Cateu para engrosar el XIV cuerpo de la reserva al este de Cambrai. Esta decisión tuvo el desafortunado efecto de vaciar de reservas el flanco entre el 17º y el 2º ejércitos, precisamente en vísperas del esfuerzo principal del 4º ejército británico.

La prodigiosa capacidad de Ludendorff para mover acertadamente las reservas empezó a resquebrajarse debido a la sobrecarga de los ferrocarriles, impidiendo colocar unidades al oeste del Mosa. Por la tarde del día 28 de septiembre se acumularon otras nefastas noticias en el OHL. Bulgaria estaba buscando la paz por separado tras la triunfal campaña aliada en Macedonia. Finalmente, Ludendorff no soportó la presión acumulada y según varios testigos sufrió una crisis nerviosa deduciendo que las Potencias Centrales estaban perdidas. Al anochecer se había recuperado lo suficiente como para debatir más calmadamente la grave situación con Hindenburg. La idea de proponer una tregua o armisticio tomó forma como posible salida. La clave está en saber que entendían los dos caudillos militares por “armisticio”: seguramente un cese temporal del fuego sin condiciones previas, para facilitar negociaciones, y en cualquier caso dar un respiro a los acosados ejércitos de las Potencias Centrales. Esta falta de concreción en el concepto tendría unas incalculables consecuencias políticas en los días siguientes. De momento sin embargo, ambos líderes decidieron explicar la crisis al Káiser en una reunión prevista a las 10.00 horas del día 29 de septiembre.




19.7.18

EL SALIENTE DE SAINT MIHIEL I PARTE: PRIMERA MISIÓN EXCLUSIVA DE LOS NORTEAMERICANOS


Pershing estaba ahora en disposición de poner en práctica su proyecto más deseado: una ofensiva bajo responsabilidad norteamericana. El plan sobre Saint Mihiel al este del viejo campo de batalla de Verdun venía discutiéndose desde 1917.  
Reducir el saliente facilitaría amenazar el sistema ferroviario de Sedán-Metz, importante para las comunicaciones laterales alemanas. El plan se basaría en la sorpresa y la velocidad.

El 1º ejercito de EE.UU quedó constituido el 10 de agosto de 1918, con cuartel general en en La Ferte sous Jovarre. Pershing asumió el mando formal el 25 de agosto. Su equipamiento pesado fue suministrado por los franceses: 80 baterías de 75 mm, 40 baterías de 155 mm, 86 baterías de otros calibres. Pershing solicitó a principios de septiembre 150 tanques pesadas y 300 carros ligeros, que serían gestionados por dos batallones con personal norteamericano recién entrenado. También 21 escuadrones de aviones se consideraron necesarios.

En el llamado "plan de agosto" el calendario fue ajustado para evitar el tiempo húmedo de mediados de septiembre. Por tanto el mariscal Foch sugirió el día 1 de septiembre de 1918. El estado mayor del 1º ejército estudio desde mediados de agosto tres opciones y se aprobó preliminarmente un ataque en pinza sobre los lados occidental y sur del saliente con 11 divisiones norteamericanas y 16 francesas. Se debían alcanzar los Altos de Marieulles. 

Las conversaciones entre Haig y Foch introdujeron algunos cambios. El británico pensaba en forzar la línea Hindenburg entre Cambrai y San Quintín, y capturar las líneas férreas cerca de Maubeage. Pensaba que si los norteamericanos hacían otro tanto en el Mosa, hacia Mezieres, las ofensivas se complementarían.

Por ello tenían en mente repartir luego el ejército de Pershing, la mitad para enviarlo al bosque del Argonne, la otra mitad para despacharlo a Champaña. Pershing aclaró que sus norteamericanos lucharían en cualquier lugar que solicitara Foch, pero siempre conservando su unidad operativa. 

Así, Pershing dio prioridad a Saint Mihiel frente a las otras opciones, deseando mantener la unidad del 1º ejército. Invocó la necesidad de satisfacer el orgullo de la opinión pública norteamericana. Posteriormente llegaría el momento de actuar en el Mosa y en el Argonne. Finalmente en Bombon, Foch autorizó que en el ataque sobre el Mosa el 1º ejército seguiría unido, cooperando con el 4º ejército francés. También retrasó esa ofensiva hasta el 25 de septiembre, autorizando la consecución previa de la captura de Saint Mihiel.

En este “plan de septiembre” el objetivo sería ahora la línea Vigneulles-Regneville.

Participarían entre 8-10 divisiones a partir del 10 de septiembre. El plan fue elaborado por el teniente coronel Drum, que era jefe del estado mayor del 1º ejército, y el teniente coronel Marshall ( que años más tarde se convertiría en figura clave en las fuerzas armadas de EE.U), también miembro del estado mayor del 1º ejército después de su traslado desde el Cuartel General de la fuerza expedicionaria.
En este “plan de septiembre” el objetivo sería agora la línea Vigneulles-Regneville.
Participarían entre 8-10 divisiones a partir del 10 de septiembre. El plan fue elaborado por el teniente coronel Drum, que era jefe del estado mayor del 1º ejército, y el teniente coronel Marshall, también miembro del estado mayor del 1º ejército después de su traslado desde el Cuartel General.


El “plan Septiembre” contemplaba el esfuerzo principal en el sur del saliente, y el secundario en el lado occidental. El IV cuerpo de ejército ( general de brigada Dickman ) con las divisiones 89º, 42º y 1º, con la 3º división en reserva, desempeñaría la acción del sur. En el oeste del saliente, el V cuerpo con la 26º división, la 4º, y la 15º colonial francesa saldría a su encuentro y conectaría en Vigneulles. En el morro del saliente el II cuerpo colonial francés ejercería actividades de fijación del enemigo.

Se esperaba un contrataque alemán desde Metz o Conflans a lo largo de los primeros cuatro días de la campaña. En caso de que esa amenaza no tuviera lugar, Pershing podría retirar unidades para la ansiada marcha sobre el Mosa que había dibujado Foch.

El barraje de artillería inicial fue objeto de cierta polémica. En particular el teniente coronel Patton, que se encargaba de la dirección de la 1º brigada de tanques ( dos batallones de FT-17 ). A última hora, Pershing autorizó un barraje de tres horas en el sector meridional y uno de siete horas en el occidental.


El I cuerpo de Ligget, ubicado justo al este del IV cuerpo, disponía de las divisiones 82º,90º,5º y 2º y la 78º como reserva. Esperaba alcanzar las alturas al norte de Thiaucort el primer día actuación. El ataque de ambos cuerpos se iniciaría a las 5.00 horas. El del V cuerpo sería a las 8.00 horas.


Desde el punto de vista alemán el saliente estaba muy bien fortificado, y hasta cómodamente dispuesto, después de 4 años de ocupación continua. No obstante, al considerarlo un sector secundario, su guarnición se había visto disminuida a ocho divisiones con efectivos incompletos, rondando los 5.000 hombres cada una. Por tanto, unos 40.000 defensores activos. Había otras dos divisiones en reserva. 

Durante el obligado periodo defensivo de agosto y septiembre, las disposiciones alemanas primaron la creación de una amplia zona de puestos exteriores por delante de las posición principal de resistencia e hicieron hincapié en mejorar las tareas de reconocimiento para avizorar los planes de los Aliados. La fuerza aérea alemana presente para actuar era limitada, 213 ciudades en el saliente, la mayoría de reconocimiento y solo 84 cazas y un puñado de bombarderos.


La jefatura la ostentaba Max von Gallwitz, especialista en artillería. Desde 1916 estaba al frente del sector de Metz con el V ejército, y desde 1918 estaba a cargo de todo el área del Mosa. Mosela y el denominado grupo de ejércitos Gallwitz.

El saliente, como hemos dicho estaba bien fortificado, con dos zonas de puestos exteriores: Wilhelm fluctuaba entre 5-10 km de anchura, y Schroeter que protegía el área interior, era más estrecha y reciente, del año 1917. La zona Michael, en la base del saliente estaba compuesta de tres líneas: Hagen, Volken, y Kriemhild.

El personal del saliente era conocido como “Destacamento del ejército C”, bajo el mando del teniente general Fuchs. El denominado plan Loki recogía una retirada planificada en caso de peligro a lo largo de cuatro noches sucesivas con destrucciones sistemáticas de los raíles y otras infraestructuras. Si fuera urgente, el plan ponía el acento en acciones parciales para asegurar la retirada del ejército en dos noches.

Para poder ejecutar cualquiera de las dos variantes era necesaria información sobre la inminencia de los preparativos norteamericanos, que solo estaba disponible por indicios. Ya el 22 de agosto, el jefe del estado mayor del Destacamento de Ejército C, el general de división Von Lebedur sugirió que Loki fuera puesto en marcha. Durante las semanas siguientes, Fuchs, Gallwitz y sus asesores se debatieron en disposiciones contradictorias.

Gallwitz solicitó más refuerzos. Finalmente el día 10 de septiembre llegó el permiso para empezar la retirada hacia la línea Michael. Las divisiones de reserva 31º y 88º fueron movilizadas para apoyar el proceso. Los norteamericanos realizaron algunas medidas ( reconocimientos ostentosos, desplazamientos de estados mayores, visita de Pershing) en Alsacia para despistar.

Los norteamericanos empezaron sus movimientos nocturnos en la noche del 11 al 12 de septiembre, bajo la lluvia. El V cuerpo de ejército en el oeste se reunió en torno a Les Eparges. El I cuerpo con las divisiones 42º y 1º estaban respaldados por la 1º brigada de tanques.


Finalmente el día 12 a las 1.00 horas comenzó el barraje de artillería, mientras seguía trabajosamente el despliegue final con las dificultades de congestión de tráfico y barro.

Así, 13 divisiones del 1º ejército estadounidense  apoyadas por cuatro divisiones coloniales francesas, sumando en total 665.000 hombres, con 3.200 cañones, 1.500 aviones y 250 tanques ligeros FT Renault emprendieron la marcha.

FOTO. TROPAS DE LA 1º DIVISIÓN NORTEAMERICANA AL SUR DEL SALIENTE DE ST MIHIEL

Simultáneamente las tropas alemanas estaban poniendo en marcha las disposiciones del plan Loki de modo que las 10º y 77º divisiones habían iniciado la retirada a su línea de protección  justamente  cuando se inició la barrera artillera enemiga. La 77º tenía todavía a la mayoría de su gente desplegada en las posiciones avanzadas. Fuchs determinó que había llegado el  gran ataque temido, y desplazó a las divisiones 123º y 31º concentrándolas en torno a Gorze, a unos doce kilómetros en la retaguardia.

Cuando se alargó el tiro del barraje a las 5.00 horas, el IV cuerpo comenzó su progresión, con los ingenieros equipados con tubos bangalores y cortafrío abriendo brechas en el alambre de espino. La resistencia alemana fue tenue excepto en algunos bosques. A las 11.00 horas los batallones de apoyo pasaron entre los batallones iniciales de asalto para relevarlos y cubrir la última fase del avance del día entre La Marce y Nonsard. 
A esas mismas horas la 42º división norteamericana partía hacía Essey, acompañada por  varios grupos de tanques conducidos por Patton. Todos ellos siguieron hacia Pannes, atravesando los patéticos restos dejados por el bombardeo, aunque no pudieron ir más allá de momento al encontrar fuego de ametralladoras. Sin embargo, una hora y media después gracias a la incorporación de una compañía de carros de combate pudieron tomar Beney, tomando 16 ametralladoras y cuatro cañones de 77 mm.

 Más al este la 89º división siguió un proceso parecido, pero encontró un obstáculo serio en el bosque de Mort Mare, donde tuvo que reducir tres líneas de trincheras, capturando unos 100 prisioneros. Otro regimiento de la división tomó 200 prisioneros en el vecino bosque de Beau-Vallon.


Ambos bosques quedaron asegurados a las 8.00 horas. El paso siguiente de la 89º división era la marcha hacia los altos de Eurezin. El jefe de la unidad, el general de división Wright trasladó su cuartel general a Flirey y adelantó su artillería  más allá del bosque de Mort Mare. Las patrullas siguieron haciendo cientos de prisioneros de la deslavazada 10º división alemana, que oponían poca resistencia.