16.9.17

CONSOLIDACIÓN DEL PODER AÉREO 1917-1918

En agosto de 1916 los monoplanos Fokker y Pfalz componían el grueso de los cazas monoplaza de la Fliegertruppe. Sin embargo la irrupción de los Nieuport y Spad VIII franceses y de los DH.2 ingleses había roto su hegemonía. Entre otras victorias, abatieron al as alemán Otto Parschau en Roisel el 21 de julio de 1916 durante los combates aéreos de la batalla del Somme.  Parschau, jefe del Abwehrkommando Nord (AKN) tenía en su haber la entonces respetable cifra de 8 victorias. Los nuevos modelos Halberstadt D.II y D.III que se incorporaron al frente Occidental desde finales de junio lo hicieron con cuentagotas, aunque fueron recibidos por los pilotos alemanes como una mejora respecto a los superados Fokker Eindecker. También por estas fechas se emprendió una reforma a fondo de la organización del Fliegertruppe. Aparecieron los  primeros Jagdstaffeln, (escuadrones de cazas) conocidos más popularmente por su contracción como Jastas. Sus misiones primordiales eran destruir a la fuerza de caza enemiga y proteger a los lentos aviones biplaza de exploración y guía de artillería, estorbando al mismo tiempo a los del adversario. El principal promotor del cambio fue el as Oswald Boelcke, que defendió la constitución de los Jastas ante el Feldflugchef (estado mayor aéreo) y su director, el comandante Lieth-Thomsen, ese verano. Además Boelcke aportó el fundamento teórico de los escuadrones de caza con su famoso “Diktat”, reuniendo los principios básicos del combate aéreo. Tras un breve ausencia para una gira de inspección, Boelcke regresó para hacerse cargo del recién creado Jasta 2. El más celebre de sus discípulos fue el Barón Rojo. El Jasta 4 se formó el 25 de agosto, al principio equipado con aviones Haberststadt. El mismo día nació el Jasta 6, al mando de Joseph Wulff. El más celebre de todos, el Jasta 11 surgiría el el 28 de septiembre de 1916 bajo la dirección de Rudolph Lang, pero pasaría a la historia cuando Von Richthofen se hizo cargo del escuadrón el 16 de enero de 1917.

Los primeros ejemplares del Albatros D.I también llegaron lentamente a partir de septiembre de 1916. El Albatros D.I era un diseño de Robert Thelen y sus ayudantes Gnaeding y Schubert. Usaba un sistema de aterrizaje y la cola similares a los de la serie C.X, con la aleta inferior del CXIII. El fuselaje, de forma elíptica y robusta, era completamente nuevo. El motor era un Benz Bz III o un Merecedes DIII que accionaba una hélice biplana. Eran mecanismos poderosos, que permitieron la instalación de dos ametralladoras. Su único defecto palpable era que el plano superior dificultaba la visión del piloto, cosa que fue corregida en el  modelo D.II, que ya instalaba el Mercedes DIII. El Albatros D.II era más rápido trepando y más ligero. El Albatros D.III, equipado con ametralladoras dobles empezaría a operar desde enero de 1917. Su introducción permitió la victoria del "abril sangriento" de 1917, pero cierto estancamiento de la producción alemana y el auge de la británica volvieron a equilibrar las cosas.  Los británicos presentaron en 1917 su caza SE5 con su motor V8 Hispano-Suiza, y sobre todo el soberbio Sopwith Camel desde junio de ese año. La respuesta alemana la constituyó el Fokker Dr 1 a finales del verano de 1917, un modelo alabado (y usado) por el Barón Rojo.

Al principio la contribución norteamericana fue modesta. Su destacamento aéreo era una sección dentro del llamado Cuerpo de Señales. Aunque disponía de unos mil pilotos y 250 tripulantes, no estaban preparados para el combate europeo de manera inmediata, y de hecho operaron en 1917-18 con aviones suministrados por los franceses en su mayor parte. Es cierto que desde los años anteriores un contingente de pilotos voluntarios se había unido a los Aliados.

Sobre los bombardeos contra Alemania una fuente estima que en 1915 cayeron sobre localidades germanas 940 bombas lanzadas por aviones o dirigibles Aliados, causando  116 muertos, 329 heridos, y unas pérdidas materiales de 0,83 millones de marcos en daños. Se habrían producido medio centenar de ataques. En 1916 comenzó una escalada: 1.817 bombas lanzadas, 160 muertos, 352 heridos y unos daños estimados en 1,38 millones de marcos.

Respecto a los bombardeos sobre Inglaterra, los alemanes se concentraron en atacar con la flota de zeppelines, pero a mediados de 1916 comprendieron que eran inadecuados para la misión y en otoño de ese año comenzaron a equiparse con los bombarderos Gotha IV, dotados con dos motores, capaces de alcanzar una altura máxima de 4.500 metros, más allá de la altitud que lograban los cazas contemporáneos, un alcance de 800 kilómetros y capaces de transportar hasta media tonelada de bombas. Cuatro escuadrones de estos bombarderos fueron desplegados en Bélgica, con su primer ataque a finales de mayo de 1917 contra Folkestone. Participaron 22 aparatos y causó 95 muertos. A mediados de junio de 1917, efectuaron una ambiciosa incursión diurna sobre Londres 18 Gothas. Pese a ser interceptados por más de 90 cazas ingleses, no sufrieron pérdidas y pudieron lanzar su carga sin problemas, causando 162 víctimas mortales.

El 7 de julio  en un ataque por parte de 22 Gothas, uno de ellos fue derribado y tres dañados, a costa de dos cazas ingleses derribados por el fuego defensivo de los bombarderos. Sólo cuando el Royal Flying Corp equipó a sus escuadrones en Inglaterra con los potentes Sopwith Camels comenzaron a sufrir pérdidas los Gothas. La reacción alemana fue reemplazar los ataques diurnos por incursiones nocturnas.
A mediados de septiembre, un bombardero aún más potente, el Zeppelin-Staaken Riesenflugzeug "Gigante" entró en escena. Equipado con cuatro motores, podía transportar una carga máxima de dos toneladas de explosivos.

A finales de 1917 estaban perfectamente establecidas unidades aéreas especializadas: reconocimiento, bombardeo a distancia media, ataque a tierra, caza y antiaéreos terrestres.

Complementaban a las nuevas tácticas de combate en tierra, buscando neutralizar la artillería enemiga y a la vez proporcionar un fuego de apoyo poderoso. Para ello eran precisos mapas exactos de las disposiciones del adversario, cosa que era proporcionaba la fotografía aérea y la comunicación por radio entre la artillería y los pilotos de observación. Por tanto un requisito para una victoriosa campaña terrestre dependía de una minuciosa preparación con reconocimiento y dominio del cielo.
La primera aplicación de esta teoría fue el asalto a Riga en septiembre de 1917, que sirvió de modelo a las ofensivas alemanas de la primavera de 1918. También la acción británica de Cambrai en noviembre de 1917, donde sus cazas lanzaron frecuentes incursiones a baja altitud y garantizaron la acción de sus aviones de observación y artillería.  La nueva doctrina integral de armas combinadas encontraría su encarnación más perfecta en las Stosstruppen.

Aunque todavía no se había convertido en un arma independiente, la fuerza aérea se había ganado la consideración de factor importante. Disponía de un estado mayor específico y había generado entre 1914-17 considerables infraestructuras y complejos de mantenimiento de crecientes cantidades de aparatos, de inteligencia para analizar fotografías aéreas, vehículos de transporte para trasladar ágilmente el equipo y las bases hacia el punto que fuera preciso. También el número de personal debía ser acorde, con 100.000 efectivos en el caso de alemanes y franceses, e incluso más entre los británicos debido a sus compromisos añadidos en Oriente Medio y el mar.

A principios de 1918 había quedado establecida la organización esencial de las unidades: escuadrones de entre 14 y 20 aviones, que a su vez se agrupaban en alas.  Los británicos incluso crearon brigadas de 500 aparatos reuniendo varias alas, y las asignaron a cada uno de sus ejércitos. Los franceses crearon la 1º división aérea con hasta 600 aviones para efectuar diversas misiones de bombardeo, reconocimiento y caza.
FOTO. EL BOMBARDERO ALEMÁN GOTHA V


En 1918 se generalizaron diversos tipos de cazas novedosos, los SE 50 y Camel de los británicos y el Spad XIII francés. Los alemanes respondieron con el Fokker D.VII , más sólido y de gran capacidad de ascenso, introducido a partir de mayo de 1918. Respecto a los modelos de reconocimiento y guía de artillería, los ingleses emplearon los DH9 y DH4, y los franceses sobre todo el Salmson A2. Los alemanes no tenían un modelo representativo para esta función y recurrieron a múltiples biplaza como los Halberstadt. Respecto a los bombarderos especializados se introdujo el Breguet XIV por parte gala, con capacidad de carga para 300 kilos de explosivo. En junio de 1918 los alemanes presentaron el Gotha V.

La ventaja numérica de los aliados gracias a su potencia industrial, de unas 3.000 unidades al mes, quedó patente en este año. Por su parte la Luftstreikrafte ni siquiera alcanzó los 2.000 aparatos mensuales que el OHL había marcado como objetivo. La creación de nuevas unidades siguió siendo complicada debido al enorme desgaste, tanto por la incansable acción de combate como por los abundantes accidentes y percances a causa del casi inexistente control de calidad en la producción.