25.1.15

LA CAÍDA DEL BARÓN ROJO



Una de las bajas acaecidas durante aquellos días despuntó sobre los numerosos sacrificios exigidos a todos los combatientes: la muerte del as aéreo por excelencia, Manfred von Richthofen, el famoso Barón Rojo. 


Durante el transcurso de “ Georgette” el VI ejército solicitó el concurso de la Geschwader I de Richthofen para cubrir la captura de el monte Kemmel, pero el II ejército quería conservarlo a su disposición en el sector de Amiens, donde todavía seguían los enfrentamientos. Después de un flujo de contraordenes el día 13 de abril se aprobó el traslado del grupo aéreo a Lomme, al sur de Lille y cerca del área del Lys,  aunque dos jornadas más tarde, cuando el personal de tierra ya había sido trasladado y los aparatos estaban listos para volar a su nuevo destino, se decidió que el grupo permaneciera en el incómodo aeródromo de Cappy.  


Estos vaivenes y las secuelas de la herida recibida  en la cabeza el año anterior pasaron factura al ánimo de Richthofen. En uno de sus ultimos documentos confesaba : “ Ahora que la lucha se libra en todos los frentes, ha adquirido un carácter de extrema gravedad. Estoy de un humor de perros después de cada combate aéreo. Cuando estoy de nuevo en el aeródromo, pongo los pies en el suelo y me retiro a mis cuatro paredes. No quiero ver nada ni a nadie”.


El día 21 de abril fueron avistados a las 10.30 de la mañana unos aviones británicos en aproximación al frente, y dos escuadrillas de triplanos del Jasta 11 se elevaron para interceptarlos. Aunque había amanecido con niebla, un potente viento del este había mejorado la visibilidad. Tras una primera escaramuza con dos aparatos  del Escuadrón 3 del Australian Flying Corps  el combate llegó a su climax cuando surgieron los cazas Camel del Escuadrón 209. 

Richthofen puso en fuga al Camel de un piloto inexperto y lo persiguió por el valle del río Somme, entrando en territorio enemigo, cerca de Vaux-sur-Somme.  En su entusiasmo el Barón volaba muy bajo. Hay dudas si fue derribado por los antiaéreos australianos del sector o si por la ráfaga del Camel del capitán Roy Brown,  que se le acercó desde arriba. Lo cierto es que el pájaro rojo se estrelló junto a la carretera Bray-Corbie, con su ocupante muerto. La inusual autopsia a la que le sometieron sus adversarios mostraba que había recibido una sola herida, mortal, en el corazón. Al día siguiente, en otro llamativo gesto, fue enterrado con honores militares en Bertangles por miembros del Escuadrón 3 del AFC.




FOTO. EL BARÓN ROJO, UNA VEZ FALLECIDO, ANTES DE LA AUTOPSIA

Moría el hombre pero nacía la leyenda del temible cazador de los cielos, el Barón Rojo.


DOCUMENTAL SOBRE EL BARÓN ROJO en español
DOCUMENTAL SOBRE EL BARON ROJO en ingles, abundantes imágenes de la época

5.1.15

SEGUNDA CARTA DE LUDENDORFF : "OPERACIÓN GEORGETTE" ( BATALLA DEL LYS-KEMMEL , O IV BATALLA DE YPRES)



Encallada  la ofensiva Michael, la siguiente baza de Ludendorff era la “operación George”, que contemplaba un avance de 75 km sobre el frente británico en  dirección norte partiendo desde La Bassee. Sus objetivos eran envolver el saliente de Ypres apoderándose del monte Kemmel y el monte de los Gatos, fluir sobre el nudo ferroviario y de caminos de Hazebrouck, y finalmente girar hacia el norte barriendo hasta el mar a ingleses y belgas. 

Hubo poca sorpresa; desde el principio el reconocimiento aéreo británico detectó el trasiego de unidades enemigas. De estas, muchas ya no eran  espléndidas divisiones de asalto como las empleadas en marzo, sino divisiones estáticas de  combatividad restringida. Los primeros síntomas del desgaste pendían sobre los voluntariosos proyectos de Ludendorff.  De hecho, su estado mayor tuvo que recortar el frente de ataque inicial para centrarlo  entre Armentieres y La Basse, y más tarde extenderlo al norte de Armentieres. Así “George” pasó a ser jocosamente “Georgette”.

En cambio, el terreno había secado apropiadamente durante una primavera de bajas precipitaciones, y las fuerzas inglesas habían sido disminuidas para cubrir Amiens en las jornadas anteriores, lo cual era favorable para  el devenir de “Georgette”. 

Los ejércitos comprometidos serían el VI de Von Quast y el IV de Von Arnim, enfrentados al 1º ejército de Henry Horne y 2º de Herbert Plumer. Hasta 14 nuevas divisiones fueron incorporadas el 3 de abril al VI ejército, y 4 al IV, para garantizar el éxito.
FOTO. GENERAL F. VON QUAST, JEFE DEL VI EJÉRCITO ALEMÁN

Von Quast hizo el primer movimiento en la madrugada del 9 de abril, con un bombardeo concentrado y corto  ( al gusto de Bruchmüller ) sobre el 1º ejército.  A las pocas horas el torbellino de las Sturmtruppen arrolló todo lo que tenía delante, especialmente a la desafortunada 2º división portuguesa del CEP, la  contribución del gobierno de Lisboa al esfuerzo de los Aliados desde su participación en el conflicto en 1916. Los portugueses, que cubrían un frente de 9 km alrededor de Neuve Chapelle, estaban tan estirados que sus 4 brigadas colapsaron arrastrando en su debacle a la vecina 40º división británica. La niebla favoreció a los asaltantes al impedir la visibilidad de los nidos de ametralladoras que conformaban la baza principal de las dos primeras líneas defensivas. Las divisiones 50º y 51º británicas dispuestas en reserva acudieron a taponar la grieta, pero fueron arrastradas por el ímpetu enemigo sin poder ocupar las posiciones preparadas de la tercera línea.

Enlace: un testimonio de la operación Georgette por un combatiente alemán



Como era habitual en las recientes ofensivas, los progresos iniciales fueron excelentes. Al atardecer del día 10 de abril los atacantes habían cruzado el bajo Lys, al tiempo que los hombres de Von Arnim capturaban más al norte Ploegsteert y los cráteres de las  minas en Messines. La 34º división británica corría el peligro de quedar embolsada en Armentieres, a duras penas pudo  aprovechar la noche del 10 al 11 para evadirse. Armentieres sucumbió a la mañana siguiente. El 12 de abril el VI ejército alemán se plantó a 8 km del empalme ferroviario de Hazebrouck. Los  problemas más reseñables estaban  causados la obstinada resistencia de los ingleses en el flanco sur, en torno a Givenchy, y la dificultad recurrente   de acarrear municiones suficientes para saciar a las tropas de primera línea a través de unas carreteras dañadas y del suelo aún blando.



En su cuartel general en Montreuil, Haig, alarmado por los acontecimientos discutió ásperamente con Foch solicitando que se liberase la reserva de 4 divisiones que permanecía a la expectativa  en Amiens. No tuvo éxito y su gestión y no le quedó otra que  emitir una altisonante proclama el día 12 para endurecer la resistencia de sus soldados, que por otra parte se mantenía aún muy firme:  ¡ No hay otro camino para nosotros que no sea batirse hasta el límite ! Cada posición debe ser conservada hasta el último hombre. No debe haber retirada. Teniendo nuestras  espalda contra la pared, y creyendo en la justicia de nuestra causa, cada uno de nosotros debe luchar hasta el fin. La seguridad de nuestros hogares y la libertad de la humanidad parece depender de la conducta de cada uno de nosotros en este crítico instante

 A pesar de las bajas  la resistencia británica era tenaz  y apoyada por crecientes misiones aéreas y la llegada de unidades australianas de refresco, estabilizó las líneas en las afueras de Hazebrouck. Los refuerzos franceses fueron por fin desplegados a partir del día 17, de modo que Foch garantizó la imprescindible posesión de la localidad.





Plumer replegó voluntariamente sus posiciones evacuando el territorio tan sangrientamente ganado durante la III batalla de Ypres el otoño anterior, para acortar su frente y liberar reservas. Al mismo tiempo, Von Arnim, sobrecogido por las cuantiosas pérdidas de su ejército había decidido trasladar su empuje principal al lado norte del saliente de Ypres. La astuta decisión de Plumer hizo que el golpe alemán diera en el vacío y no tuviera mayores consecuencias.



 Hacia el 19 de abril la campaña entró en compás de espera. El avance de Von Quast era apreciable, unos 25 km de profundidad, pero no controlaba ningún punto clave y sus hombres permanecían en terreno expuesto sin fortificar.



MAPA. DETALLE DE LA ZONA DE ACCIÓN DE GEORGETTE, A ORILLAS DEL RÍO LYS


Ludendorff intentó superar el incipiente estancamiento reactivando el área de los combates de marzo y acercarse a Amiens, estrenando los nuevos tanques A7V de fabricación propia, en Villers-Bretonneux. El 24 de abril los alemanes entraron en el pueblo, pero fueron desalojados en la noche del 24 al 25 en una inédita acción en la que se enfrentaron directamente los blindados de ambos contendientes.




El 25 de abril al sur de Ypres el IV ejército alemán obtuvo un éxito llamativo arrebatando monte Kemmel a los franceses que habían acudido a apoyar a sus aliados. Esta pequeña colina que dominaba las planicies del oeste de Flandes había sido convertida en un símbolo por los medios de comunicación ingleses y su pérdida causo estupor en la opinión pública. Sin embargo la trascendencia práctica del suceso era reducida, y lo cierto es que las tropas de Von Arnim no estaban en condiciones de proseguir más allá de ese punto.



El día 29 de abril cesaron los  enfrentamientos a gran escala. Tampoco en esta ocasión  el alto mando alemán había conseguido reventar el frente de los Aliados,  pero podía presumir de su efectividad sobre el terreno. Las bajas inglesas desde el 21 de marzo sumaban 303.000 hombres ( 28.000 muertos, 181.000 heridos y 94.000 prisioneros y desaparecidos ) , y las francesas unas 75.000.  Al menos 5 divisiones británicas habían sido destrozadas, y otras 10 gravemente afectadas.  Si semejante ritmo de pérdidas se prolongaba, sería imposible evitar el derrumbe de los ejércitos de Francia y Gran Bretaña. Lo mejor para Ludendorff era que había recuperado la iniciativa táctica, afianzando de paso ganancias territoriales reducidas pero sin precedentes en el frente Occidental. Era cierto, por otro lado, que las bajas propias  ascendían a 348.000 hombres ( 56.000 muertos,  252.000 heridos y 40.000 desaparecidos o prisioneros ), y lo más preocupante, que la afluencia de tropas americanas a Francia ascendía  ya a 125.000  mensuales, lo que propiciaba la restauración de las reservas aliadas. 

El jefe de operaciones, Wetzell, sugirió un cambio de dirección. Si los franceses habían debilitado su tramo de frente para contribuir a frenar a ' Georgette' , la nueva doctrina alemana de ataques escalonados indicaba que debían ser el blanco natural del siguiente ' martillazo'.

FILMOGRAFIA  sobre la PGM. 
' UNTERNEHMEN MICHAEL ' 1937 Sinopsis. un comandante del Alto Estado Mayor prefiere arriesgarse junto con sus hombres en la campaña 'Michael'  en abril de 1918 y cae en acción.  Especialmente indicada la escena de acción con carros Mark IV capturados y tácticas de las Sturmtruppen desde  el  minuto 64